Los retos para la gestión de la nube y cómo las empresas los están superando
Peter Kroll, director general de SoftwareONE:
Para mantener la competitividad y seguir prosperando en un entorno de cambio, las empresas modernas buscan elevar su escalabilidad, resiliencia y accesibilidad a sus activos y redes de forma continua.
Una tarea que, en la era digital y en la adopción del trabajo remoto, toma un nuevo matiz pues ahora es necesario ofrecer a empleados y clientes acceso a información clave, así como conectividad efectiva y en todo momento. Para lograrlo, necesitan utilizar tecnología avanzada sin tener que hacer grandes inversiones para renovar su infraestructura, la cual pronto podría volverse obsoleta, a medida que las soluciones de almacenamiento y cómputo siguen evolucionando.
En este contexto, la nube se ha convertido en una alternativa viable y efectiva, aunque en las empresas se formulan preguntas de cómo pueden alinear los servicios cloud con sus objetivos, cómo se manejará la seguridad, si sus gastos se elevarán en lugar de reducirse, cuáles serán los términos de licenciamiento y de qué manera se integrarán las herramientas que residen en la nube con las que se ejecutan en sus redes.
La respuesta a estos y otros cuestionamientos se reduce a tres características del cómputo en la nube, y de las cuales las organizaciones pueden beneficiarse: agilidad, velocidad y accesibilidad. La nube se convierte en un componente esencial para hacer negocios en el actual entorno, y su impacto repercute en áreas como la productividad, la innovación, la seguridad, la gestión de enormes volúmenes de datos (Big Data), la interacción con clientes y la optimización de las cadenas de suministro, entre muchas otras.
XaaS y multinubes
Por ello es fundamental que las empresas entiendan de qué manera la nube va a beneficiar a su negocio, y más aún, entender los diferentes modelos y proveedores que hay en el mercado y como gestionar todo en su conjunto. Por ejemplo, proveedores de servicios de nube, como Microsoft Azure y Amazon Web Services, llevan a la nube las herramientas y la infraestructura que las organizaciones tuvieron alguna vez instaladas físicamente, y las ofrecen como servicios bajo suscripción.
Dependiendo de las necesidades de cada organización, puede optarse por utilizar modelos como infraestructura como servicio (IaaS), plataforma como servicio (PaaS) y software como servicio (SaaS), así como tener acceso a ellos a través de nubes púbicas, privadas, híbridas o multicloud.
Así, desde la nube pública se tiene acceso a la infraestructura de TI, las plataformas o las aplicaciones como servicio. Si se elige PaaS, el proveedor se encarga del hardware, el mantenimiento y la operación. La nube privada, mientras tanto, está construida en el propio centro de datos de la empresa con su propio hardware. Si bien aún posee los datos confidenciales, se necesita una gran inversión en administración y solo se garantiza una cantidad limitada de escalabilidad y flexibilidad.
La mayoría de las organizaciones piensan en el largo plazo y consideran que combinar modelos les va a ayudar a maximizar su inversión en tecnologías de nube. De hecho, muchas eligen una solución híbrida de nube pública y privada. Las aplicaciones con datos no críticos se trasladan a la nube pública, mientras que los datos confidenciales se alojan en la nube privada de la organización.
El modelo de nube más popular en la actualidad es la multinube que combina diferentes servicios de ambos mundos en una sola solución, con miras a satisfacer las necesidades individuales de una empresa. De acuerdo con Flexera, el 92% de las empresas globales utilizan una nube híbrida o multinube, el 7% una nube pública y sólo el 1% utiliza una nube privada. El 82% está adoptando un enfoque híbrido, combinando nubes públicas y privadas.
En línea con los objetivos de negocio
Además de definir una estrategia de migración a la nube integral es importante tener siempre en cuenta que todo tiene que estar en concordancia con los objetivos de negocio. Los equipos encargados de gestionar la nube necesitan revisar continuamente que el estado digital esté en línea con dichos objetivos.
Es vital también estar al tanto de que se tienen las licencias que realmente se necesitan, por ejemplo, y conocer detalladamente en qué se está utilizando el presupuesto. Se trata, al final del día, de tener un control de los derechos, el inventario y el consumo, y monitorear el desempeño óptimo de todas las herramientas y servicios de nube por los que está pagando. De este modo, es posible gestionar contratos y controlar y predecir su gasto en la nube e incluso si se trabaja con varios proveedores.
Una forma efectiva de superar los retos de gestión es definir en una estrategia cloud bien estructurada que permita definir una planeación sistemática y hacer los ajustes necesarios a medida se avanza. De igual forma, resulta enriquecedor para el proceso de gestión apoyarse en la visión y experiencia de un consultor especializado, que pueda proveer los mecanismos de soporte, administrar de licencias y de servicios, monitorear los costos y establecer un gobierno de nube claro.
En conclusión, la nube es la plataforma que ayuda a las empresas a alcanzar sus objetivos de negocio, y depende de ellas aprovechar al máximo la agilidad, la velocidad y accesibilidad que promete para superar cualquier obstáculo que encuentren en el trayecto.
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