Los cambios que generan dinero: factura electrónica

El pasado mes de mayo, el SAT realizó cambios en la emisión de comprobantes fiscales; dichas modificaciones pueden ser una ventana de oportunidades si se sabe cómo abordarlas. En realidad, estas reformas no son muy grandes en cuanto a complejidad para realizarlas se refiere, sin embargo, el hecho de que los contribuyentes lo hagan en tiempo y forma puede ser la parte medular y lo que complique todo. El 31 de mayo de este año se publicó la segunda resolución de modificaciones a la resolución miscelánea fiscal 2013 y uno de los principales cambios son el término de la vigencia para el uso de Comprobante Fiscal Digital (CFD) el 31 de diciembre de este mismo ciclo y las compañías deberán hacer uso del Comprobante Fiscal Digital por Internet (CFDI). “Independientemente que es un tema de obligatoriedad, el beneficio colateral podría ser una eficiencia administrativa dentro de las empresas”, comentó Gerardo Ruiz, vicepresidente de la Asociación Mexicana de Proveedores Autorizados de Certificación (AMEXIPAC). Cabe señalar, que cualquier compañía que nace a partir de este periodo, ya cubre este requisito de manera automática, lo que les permite ser eficientes desde un inicio. Para Gilberto Sánchez, director general de Aspel, el cambio es notable porque abarca un número muy grande de compañías; serán alrededor de 222 mil empresas que pasen de CFD a CFDI, lo que representa una cantidad de 6 mil 168 millones de CFD al 31 de mayo de 2013. “Hoy en día tenemos alrededor de 644 mil 450 empresas usando factura electrónica vía CFDI, lo que representa mil 80 millones de CFDIs”, señaló. Ventanas abiertas El segundo cambio es la redefinición del tope de ingresos para que las organizaciones emitan comprobantes fiscales con código de barras bidimensional (CBB) y ahora emitan bajo el esquema de CFDI. Es decir, para el 1 de enero de 2014, toda empresa en México que facture más de 250 mil pesos al año tendrá que hacerlo mediante CFDI de manera obligatoria. Anteriormente, las empresas que facturaran a partir de 4 millones de pesos tenían que usar CFDI, las que estuvieran por debajo podían utilizar CBB; al 31 de mayo existían 2 millones 582 mil 713 contribuyentes con comprobantes fiscales impresos con CBB. De estas, solamente migrarán las que tengan casi 21 mil pesos de facturación mensual, a pesar de ello, serán muchas las que vayan hacia este esquema. Para la realizar un CFDI se requiere la FIEL, emitir un certificado de sello digital, acceso a Internet, contratar un servicio de timbrado y contar con una aplicación que genere el archivo XML, mismo que será enviado al proveedor autorizado de certificación (PAC) para su validación, foliado y sellado (timbrado), y este a su vez, lo regrese con copia al SAT. “Es un momento en que el canal de distribución juega un papel preponderante para dar aviso de las ofertas que están en el mercado, pero ellos deben tener la claridad de saber qué es un CFD y un CFDI, qué se necesita para emitirlo, cuáles son los requisitos y lo que un cambio puede afectar o beneficiar, etcétera”, mencionó Sánchez. Cabe recordar que México, después de 11 años tiene una densidad de participación muy diferente a la que tenía hace nueve años en materia de factura electrónica, se tenía que llegar a un nivel de madurez en materia tecnológica para que las cosas pudieran cambiar. “Hoy traemos la computadora en el teléfono, estemos donde estamos y la gente ingresa a redes sociales y aplicativos, si hace esto también puede facturar sin problemas”, abundó Ruiz. “Nunca la factura impresa fue gratuita y hoy la electrónica si lo llega a ser”, Javier Vega, presidente de AMEXIPAC “Muchos de los socios no se habían atrevido a entrar de lleno en el negocio, sin embargo, con estas modificaciones ahora tienen una alternativa en el mercado para generar mayor ganancia con soluciones con software administrativo y PoS”, dijo Alejandro Santiago, director comercial de Logical Concept. Detonantes Al integrar a este esquema una base muy extensa de contribuyentes que se ubican en las pequeñas y medianas empresas e inclusive a los profesionistas independientes y personas físicas con actividad empresarial, se abre un mundo de oportunidades. Puntos finos “Desde que apareció, la factura electrónica tiene un formato específico : toda la información fiscal, los datos de quién vende, quién compra, impuestos, traslados, etcétera, y será lo mismo con el cambio; ahora sólo hay que quitarle el sello de la empresa y ponerle el del SAT”, aclaró Ruiz. El mismo vocero insistió que no es un cambio tecnológico significativo, no se tiene que conseguir información donde no la tenía el contribuyente, “el que ya emite CFD, para emitir CFDI la única modificación es cambiar de sellos”, dijo. “Para empresas como nosotros y sobre todo a nuestros partners, se abre una brecha todavía más grande, sobre todo porque nuestra filosofía desde hace mucho es dar soluciones administrativas desde las MiPyMEs hasta las medianas empresas”, comentó Santiago. Tecnológicamente representa algunas adecuaciones; para los que ya utilizaban el CFD, será un proceso mucho más natural. En el caso de los que dejan el CBB, a decir de Eduardo Pérez, director comercial Contpaq i, implicará un gasto como anteriormente lo hacían de manera impresa; el PAC hace esta función. “Hoy es un excelente momento para no solamente cumplir con dichas reformas, sino de transformar a los negocios, convirtiéndolos en empresas integradas y eficientes”: Alberto Salcedo, Avant. Manos amigas En la actualidad existen 67 PAC y cada uno tiene cerca de 100 distribuidores, lo que habla de que hay más de 4 o 5 mil distribuidores en toda la república, lo que deja opciones para el contribuyente: • Pueden acercarse a cualquiera de los distribuidores autorizados de los PAC, o a su contador que tiene más experiencia. • Es una realidad que en el día a día de la factura no se requiere de expertos, desde un dispositivo móvil se puede facturar; el nivel de habilidad y de conocimiento requerido bajó con este esquema. Es de considerar, que muchos de estos contribuyentes no cuentan con un conocimiento muy amplio en materia de cultura fiscal y de sistemas administrativos y/o específicamente de factura electrónica, de ahí la importancia que desde la micro empresa se invierta más en tecnología y hoy es la oportunidad. Para Alberto Salcedo, director general de Avant México, ahora es posible apoyar el crecimiento de las empresas, cambiando sus sistemas tipo caja, de control administrativo o de registro contable, a un verdadero software ERP totalmente integrado. Cultural “Desde el anuncio del SAT, estamos trabajando en toda la labor de comunicación y de evangelización hacia este tema, sin embargo, lo que hay que comunicar es sencillo, porque es tan fácil como abrir una cuenta de correo electrónico”, comentó Vega. Desde que la institución gubernamental hizo oficial este cambio, pasarán solamente seis meses para que ya no se pueda emitir CBB o CFD a partir de los 250 mil pesos anuales, esto genera incertidumbre porque el periodo es relativamente corto para el cambio. La experiencia puede hablar, cuando comenzó CFDI, el pasado 31 de diciembre de 2010, a pesar que se hicieron avisos con mucha anticipación, fue el gran grosor de las empresas que les afectaba esto y las que hicieron las modificaciones a “última hora”. “Vimos entonces, cómo en los dos últimos meses del año se hicieron todas las actualizaciones y la mayor cantidad de compras de sistemas administrativos para cumplir”, abundó el director de Aspel. Es decir, que el tema pasa más por lo cultural de dejar las cosas al final y no comenzar a realizar las adecuaciones necesarias para una transición paulatina y tranquila, objetivo que puede ser aprovechado como generador de negocios para el canal de distribución. El segmento es medio reacio o no tienen todavía un gran contacto con soluciones de tecnología, puede ser complicado porque no son empresas que estén al tanto de las disposiciones frescas del SAT, por ello el asociado debe ayudar a que este mensaje se difunda. “A través del canal, anticipar la adquisición y los clientes se verán beneficiados por ser atendidos en tiempo y forma”, dijo Sánchez. Labor El trabajo para todos los involucrados, incluyendo a contribuyentes y el gobierno es claro, hay que informar e informarse sobre todo lo que encierra este cambio, con todos los requerimientos que se necesitan y sus beneficios. Una empresa grande no tarda tiempo en cambiarlo y otros se tardarán tres semanas por los procesos dentro de ellas, esto significa que los seis meses de gracia pueden ser razonables para hacer las modificaciones. “En la medida que tengamos como empresas sin importar el tamaño, toda la información, vamos a tomar decisiones con mejor conciencia. Finalmente es una obligación fiscal y no hay vuelta de hoja, debemos aprovecharlo”, concluyó Sánchez.