Editorial

Pasión por el cliente

Cada final de año es común que la gente haga mejoras a sus sistemas de tecnologías de información, incluso de telecomunicaciones (no debe olvidarse que un router ya es cosa común en muchos hogares y pequeños negocios).

El año pasado no fue la excepción y seguramente muchos de esos habituales clientes del canal invirtieron en lo que necesitan hoy para el futuro inmediato. Cualquier analista podría pensar que el sistema operativo se cambió por uno de 64bits –máxime que Vista está a la vuelta de la esquina– y que el procesador se cambió por uno de doble núcleo, se agregó mucha más memoria RAM, el monitor ahora es LCD de 22 pulgadas y el router inalámbrico, para al fin devolver la libertad de movimiento.

 

Con todo eso, pareciera que se ha hecho lo correcto y es verdad, el cliente ha seguido las tendencias, hizo lo mejor, hasta que la realidad lo desmintió.

 

Con el nuevo SO de 64bits necesita mejores controladores para todos sus periféricos: escáneres, cámaras digitales, hubs, IEEE 1394, tarjetas de video y lo que se ofrezca.

 

¿El software?, por las mismas: desde el antivirus hasta la suite de oficina, el CAD o el programa de diseño gráfico requieren actualizaciones (si las hay) para trabajar correctamente en 64bits.

 

El gravísimo problema es que a nadie le importan las necesidades del cliente, nadie se ocupó de advertirle que actualizar sus equipos le exigiría transitar por un camino de frustración, pues los programas no trabajan en 64bits, las actualizaciones de controladores no existen o, simplemente, la tecnología de su equipo es propietaria y nada ni nadie la puede adaptar a las nuevas tendencias.

 

Todo ello es por falta de una sola cosa: vocación simple por el cliente, que para nuestra industria no debería ser simple vocación sino verdadera pasión y entrega por ellos, pues son quienes pagan y hacen posible todo.

 

Es una inveterada costumbre de los fabricantes pasar por alto las verdaderas necesidades de los clientes en pos de la entrada a rajatabla de las nuevas tecnologías, pero también es una defensa de los clientes no adoptar esas innovaciones sino hasta que ya tienen un buen tiempo en el mercado y probaron su conveniencia.

 

Pero como siempre, es aquí donde una correcta asesoría de un canal altamente capacitado sale al quite para corregir, solucionar y satisfacer plenamente las necesidades del cliente y salvar la reputación de los fabricantes.

 

Estos héroes, quienes están más cerca del usuario que los mismos creadores del software o las plataformas de 64bits, ven día a día los problemas y saben cómo corregir la problemática que se les presenta, será porque ellos tienen la ventaja de no perder la pasión por sus clientes.

 

Ojala que los megaproveedores de dichas plataformas no pasen por alto este pequeño gran detalle.

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