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AMD, bajo la batuta de un mexicano

. .Un hombre serio, de voz calmada y pocas palabras, pero con carácter y gesto agradables, hace seis años se sumó a las filas de AMD. Es mexicano y hoy su dirección se caracteriza por rentabilidad y resultados positivos.

Durante la visita a su país natal, en la que sostuvo varias reuniones con clientes, a propósito de su visión de innovación centrada en las necesidades de Éstos, y previo a su conferencia magistral, en el marco de la edición 2006 de Expo Comm, Héctor Ruiz, presidente y CEO de AMD, compartió experiencias de su vida y el negocio.
El 25 de diciembre de 1945 se comenzó a escribir la historia del hoy líder empresarial, quien logró mejorar la rentabilidad de la marca verde de microprocesadores, pues luego de recibir la compañía en una situación financiera desfavorable, en 2002, logró crecer las acciones en 50%.
Originario de Piedras Negras, Coahuila, donde vivió algún tiempo, ya que sus padres viajaron por diversas regiones del país, Ruiz recuerda con gusto –revelado por sutiles sonrisas– su agradable y feliz infancia, y su placer más grande: la escuela.
“La educación era muy importante para mis padres y tuve la oportunidad de comenzar muy chico mis estudios. Recuerdo que una vecina era profesora de primer grado en la región y quería llevarme a la escuela, por lo que comencé ese nivel escolar a los cinco años y me gustaba”.
Aun cuando sus padres cursaron carrera comercial “en aquellas escuelas a las que se acudía durante tres años, después de la primaria”, eran lectores asiduos, por lo que le inculcaron ese gusto por los libros y conocer más.
“Ellos sabían lo que ocurría en el mundo y aunque nunca lo vieron, era como si lo hubieran hecho. Eso me impresionó mucho, crecí con el deseo de conocer, quería ver más que Piedras Negras”.
Escuchar constantemente, casi a diario, los discos “sucios y rayados” de música clásica que ponía su padre, poco a poco fue despertando su gusto por este género. Memorizaba las piezas de Mozart y creía que todo mundo las conocía, cuando en realidad su familia tenía un peculiar deleite.
Curiosidad, motor de sueños
El placer de acudir a clases y aprender cada día más se sumó a su curiosidad por descifrar el funcionamiento de distintos aparatos electrónicos; de este modo iba orientando su camino, sin titubeos, al campo de la tecnología.
Entre ligeras sonrisas, rememora y narra: “Cuando era niño todo me entusiasmaba, tenía una pasión por las cosas mecánicas. Recuerdo que uno de los vecinos compró un televisor blanco y negro, y a pesar de que a esa edad no entendía, para mí era muy importante tratar de comprender cómo trabajaba. La curiosidad era muy grande, igual el interés por lo automotriz”.
Sus inquietudes de pequeño se mantuvieron firmes: al inicio de su adolescencia disfrutaba de acudir a la secundaria, rodeado por amigos y lleno de ideales. Nunca se fue de su mente involucrarse en la mecánica, por lo que a los 18 años decidió partir a Estados Unidos para ingresar a la preparatoria.
“Lo que más extrañé fueron los amigos, mi familia, la relación que tenía con la gente en México. Tuve que cambiar todo de forma dramática, pues era empezar de nuevo, fue duro”.
Su entusiasmo por aprender en el país vecino sobre lo que tanto le apasionaba fue un aliciente. Estudió durante ocho años continuos en la Universidad hasta obtener su doctorado en Electrónica.

Comienza a ser realidad
Sin nunca imaginar, “ni por un segundo”, que algún día se desempeñaría en un cargo tan importante, Ruiz inicia su carrera laboral.
Colaboró durante 22 años en Motorola y seis en Texas Instruments. Supervisaba procesos de manufactura, investigación y desarrollo en el plano mundial.
Al relatar la oportunidad que tuvo de trabajar en Europa como profesional en el área que le apasionaba desde niño, recordó el placer de sus padres por describir, con palabras, el mundo que él se imaginó algún día conocer.
Su visión del país
También apasionado del ciclismo, por lo que posee cuatro bicicletas para diferente terreno, y de los autos deportivos, Ruiz consideró que México no ha podido encarrilarse en el desarrollo tecnológico, por lo que destacó la necesidad de acelerar el proceso tecnológico a través de un ecosistema integrado por universidades, industria y gobierno.
“En México hay buenas universidades, pero en mi opinión, es muy importante que éstas, junto con la industria y el gobierno, apresuraren el proceso e innoven en los negocios. Hay que hacer empresas pequeñas, medianas y grandes. Sin la tecnología es imposible desarrollar económicamente un país”.
Del negocio
Respecto de las especulaciones del trabajo conjunto de Dell con AMD, opinó que no hay plazo específico para que se concrete, pero están optimistas, ya que el fabricante de PC “entenderá pronto que sin la presencia de AMD en sus productos no podrán servir tan bien a los clientes”.
Innovación centrada en el cliente
Con la anécdota de su triunfo en un concurso de oratoria cuado era estudiante en México, y los efectos de la lejanía del país, en su actual pronunciación del español, Ruiz inició su participación en Expo Comm 2006.
La competencia de productos basada en sus propios méritos fue un tema que resaltó, al asegurar que es un generador de innovación y beneficio para el mercado. “En México las autoridades comienzan a verificarla y promoverla”.
Refirió que un director de sistemas y todo responsable de TI debe ser libre de utilizar los recursos que considere para así impulsar la creación. Informó que cerca de 80% del presupuesto de TI se invierte en operaciones básicas y mantenimiento y 20% en innovación.
“El concepto de innovación lo definiría en una sola frase: nunca pienses que tienes a tus clientes cautivos”. Con esta cita, publicada en enero pasado en la revista Infoworld, Ruiz reforzó su visión concentrada en el cliente.
“Es claro que las tecnologías complejas y caras no pueden subsistir. El éxito lo logran las que aminoran costos, complejidad y logran eficiencia en operaciones”.
Finalmente, destacó que en el mercado de servidores la métrica de desempeño cambia a desempeño por watt, pues “la frecuencia de reloj es una forma poco efectiva de medir las bondades de una solución, ya que conforme ésta aumenta también lo hace el consumo de electricidad; 60% de la producción de calor se asocia con el poder de procesamiento, la TI sabía de este problema”.

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