Editorial

Recuperación de desastres

Francisco Wilson expuso que este último trimestre sería francamente complicado, por una simple razón: los desastres de Chiapas, Oaxaca y Veracruz darían un vuelco a las ventas de tecnología.

El presidente de Anadic compartió esta opinión antes de la tragedia de Quintana Roo en Cancún, Cozumel e Isla Mujeres. Explicaba que muchos de los recursos se asignarían a restaurar y reconstruir la infraestructura, así como para satisfacer prioridades de casa, vestido y sustento de los afectados, pero no para tecnología.
Creemos que es pertinente agregar una pregunta: ¿cómo debe responder la industria ante eventos extraordinarios como los recientes huracanes “Stan” y “Wilma”?
La respuesta es de muchas vertientes y habrá que esperarla para saber si existirá algún tipo de apoyo a los empresarios que ahora no sólo tendrán que recuperarse, también serán requeridos para la restauración tecnológica de las empresas que, como ellos, sufrieron el embate de “Wilma”.
La infraestructura dañada en los hoteles y en las empresas dedicadas al turismo en la península deberá ser reemplazada casi en su totalidad, y eso representa una enorme oportunidad para el canal y la industria entera.
Sin embargo, también el canal de distribución en la zona resultó gravemente afectado y perdió gran parte de su mercancía por causa del meteoro y el posterior vandalismo.
El terrible encono de las fuerzas de la naturaleza y la destrucción prácticamente total de la infraestructura hotelera, de comunicaciones y de suministro eléctrico, aunada a la insoslayable necesidad de paliar en algo la desgracia de las personas en la punta de la península, hacen indispensable la participación de integradores de redes, desarrolladores de software, distribuidores y revendedores de valor agregado, acompañados de los proveedores con opciones viables de financiamiento.
Esta tragedia de dimensiones incalculables, donde se aprecia destrucción dantesca, donde se habla de miles de postes de alta tensión derribados por la brutalidad del meteoro, donde miles de personas se quedaron sin hogar y sin medios para subsistir, nos remite necesariamente a preguntarnos, ¿estamos listos con planes de recuperación de desastres?
Una de las respuestas es sorprendente y viene de Uriel Chávez, director general de Vector Tecnologías, allá en Cancún: a pesar de la implacabilidad del fenómeno natural, tenía funcionando a su empresa, con todos los sistemas y comunicaciones, desde el mismo martes 25 de octubre. Otra es que muchos de sus clientes todo lo perdieron y quizá no puedan recuperarse.
Al menos deberíamos tomar este ejemplo y poner manos a la obra; la reconstrucción, la vuelta a la prosperidad pueden tomar muchos meses, incluso años, no se olvide que lo que era el destino turístico más importante de México fue construido en 36 años, mientras que a “Wilma” le bastaron 36 horas para destruirlo.
La labor está en manos de toda la industria de TIC; ahora, al participar en la reconstrucción, deberá aportar continuidad y estrategias de recuperación y deberá cumplir más altos parámetros de calidad y disponibilidad para asegurar la viabilidad de los servicios que las tecnologías pueden y deben dar.

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