Un negocio muy verde: energías alternas
Negocio
Respecto de los márgenes de ganancia, Monter fue sincero al señalar que suelen ser reducidos, por lo cual es indispensable diseñar soluciones completas.
“Al ser una empresa de ingeniería se busca que el costo de los equipos sea menor tanto para la fabricación e integración de los mismos como para su comercialización”.
También recalcó que les hace falta capital para crecer porque el costo del crédito en el país es caro, a la par que no hay suficientes fondos para apoyar este tipo de empresas, y aunque hay financiamientos todavía falta por hacer en la materia.
“El respaldo con el que contamos, tanto en tecnología como en plazos para poder financiar nuestros productos, viene de los fabricantes tanto en Estados Unidos como en Canadá y Corea”.
Marco jurídico
Aunque tiene muchas perspectivas este segmento, la falta de un marco jurídico hace que el negocio se vuelva complicado en algunas facetas.
A pesar de que en 2008 el Congreso de la Unión aprobó dentro de la reforma energética siete decretos, cuatro fueron para Pemex y tres sobre energía renovable.
Según Monter, la Secretaría de Energía y la Comisión de Energía en la Cámara de Diputados están trabajando para aterrizar dichos decretos en los que haya incentivos fiscales a aquellas empresas que usen esta fuente; así como para los fabricantes, diseñadores y comercializadores.
“Esperamos que se concreten este año y eso nos permitirá en el futuro ofrecer una opción económicamente más atractiva”, abundó.
México ocupa el lugar 12 en generadores de bióxido de carbono y existe el compromiso de que para el año 2025 se deben reducir las emisiones en 30% y estas soluciones son una opción viable para alcanzar esos objetivos, a decir del entrevistado.
Según el artículo 40 de la Ley del Impuesto Sobre la Renta, una empresa que instale un equipo de energía renovable y lo use por cinco años puede reducir el 100% del costo de ese equipo, siempre y cuando tenga utilidades.
“Estamos hablando de que el retorno en un equipo de este tipo es de tres a cinco años, cuando hace años estaba alrededor de diez”, resaltó.
En el caso doméstico todavía no hay esa clase de incentivos y por eso están instando al gobierno a que apruebe esas iniciativas que permitan el uso de energía renovable en ese sector.
“Por ejemplo, en el uso de las lámparas de inducción de plasma, hay ahorros hasta de 50%, en comparación de las convencionales de alumbrado público o las que se instalan en naves industriales o centros comerciales”, concluyó Monter.