Editorial

Negocios que explotan en el regazo

Durante una buena cantidad de años, el canal ha sido víctima del más agresivo modelo de negocios de la industria de tecnologías de información y comunicaciones. Durante todo este tiempo, no sólo los distribuidores, también los fabricantes, competidores directos de la compañía de Michael Dell, se vieron afectados y tuvieron que recurrir a muchas estrategias y a una considerable inversión en investigación y desarrollo para reducir el efecto de esa compañía en sus negocios.

Durante ese tiempo, fabricantes, mayoristas y distribuidores vieron disminuida su participación de mercado ante un solo jugador, mismo que como un depredador implacable no dejó de atacar ningún buen mercado en todo el mundo.

 

Pero reza un dicho popular: “lo barato sale caro” y es precisamente lo que parece ser que le pasó a esta compañía, que hace unas semanas mostraba síntomas de estar en problemas y hoy está envuelta en la mayor recolección de productos potencialmente defectuosos de la historia.

 

Y ese eufemismo de lo “potencialmente peligroso” con que Dell trata este defecto enorme es lo que hace pensar en que el modelo de esta compañía, depredadora del canal, ha llegado al fin de su viabilidad, por explosividad potencialmente peligrosa.

 

La recolección en cuestión es exclusivamente para baterías defectuosas con celdas fabricadas o ensambladas en Japón y China, y ofrece a los consumidores reemplazos para dichas baterías.

 

Hay un minisitio en Internet para el reemplazo de baterías, puesto por la firma texana especialmente para la potencialmente peligrosa y explosiva ocasión, donde se precisan los modelos afectados por estas baterías con celdas fabricadas o ensambladas en Oriente, a precios muy castigados, de los modelos Latitude, Inspiron, Precision y XPS.

 

El total de baterías posiblemente defectuosas supera la cantidad de cuatro millones y representa, por tanto, la posibilidad ideal para que el canal, los competidores fabricantes y los mismos consumidores entiendan la magnitud de lo potencialmente peligroso al vender y comprar únicamente en razón de precios o comodidad mal entendida.

 

Las computadoras arriba del regazo, laptops, se sitúan sobre la misma humanidad de los usuarios, quienes de ahora en adelante deberían tener especial cuidado de no exponer su salud a los estragos de baterías con las siguientes leyendas: “DELL”; “Made in Japan”; “Made in China” o “Battery cell made in Japan, Assembled in China”.

 

Habría que hacer verdadera conciencia de las implicaciones que puede llegar a tener la inclusión de partes explosivas en un dispositivo que utilizan humanos sin la menor sospecha de que pueden acabar con la tecla espaciadora clavada en la frente o con quemaduras en una actividad que no debería representar ningún riesgo.

 

Máquinas de la susodicha marca se han visto envueltas en accidentes como el incendio en pleno vuelo de un avión que para su buena fortuna alcanzó a tocar tierra o el japonecito del video que muchos pudieron ver en Internet.

 

Los entusiastas de Dell aducen que vivimos en un mundo de peligros y riesgos calculados y que los accidentes le pueden suceder a cualquiera; sin embargo, uno no espera que la laptop le explote mientras hace su trabajo.

 

En otro orden de cosas, esta casa editorial se lamenta y se congratula, valga la contradicción, por la salida de nuestro editor Joel Hernández, comunicador en toda la extensión de la palabra, que con esta edición da por concluido su ciclo como editor de eSemanal. ¡Enhorabuena! y miles de parabienes para el compañero, el amigo, el hermano. Adiós, Joel. Hasta siempre, Joel.

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