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CyberPower: protección de infraestructura crítica y arquitectura de datos

LA NUBE DIGITAL SUPONE EL SIGUIENTE PASO EN EL ALMACENAMIENTO DE INFORMACIÓN, PERO AÚN VIVIMOS EL AUGE DE LOS CENTROS DE DATOS.

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La dinámica de retorno hacia la nueva normalidad se ha visto incentivada por el avance en el programa de vacunación y el control en la propagación del virus en nuestro país. No obstante, las empresas continuarán sorteando muchos de los mismos retos a los que se enfrentaron durante el año anterior, concentrando su atención en proseguir con la transformación digital y la continuidad de operaciones. 

Es en medio de esta acelerada transformación digital que podría promoverse una falsa idea de obsolescencia, suponiendo que la migración a la nube dejará descontinuadas algunas tecnologías en favor de otras, como es el caso de las salas de servidores o de los centros de datos. 

Primeramente, es necesario recordar que las salas de servidores son un área designada dentro de una empresa, específicamente diseñadas para procesar información de la organización en un entorno controlado y administrado. A su vez, los centros de datos son entornos mucho más complejos que pueden albergar varias decenas de servidores y sistemas en una sola o varias ubicaciones. En ambos casos, se trata de infraestructura de misión crítica que almacena y gestiona información vital de las compañías. 

Por otro lado, la nube digital se ha convertido en una herramienta clave, puesto que la infraestructura cloud permite almacenar, gestionar y transferir información, así como ejecutar aplicaciones para realizar operaciones desde dispositivos remotos, dejando de lado la centralización de la información y algunas otras limitaciones tecnológicas. 

A razón de ello, se espera que las organizaciones dediquen el 40% de su gasto en TI hacia la tecnología en la nube para 2022, mismo que llegará hasta el 80% para 2028, según lo indica IDC. 

“Aun si la nube digital puede suponer el siguiente paso para el cúmulo y el uso de la información, los centros de datos siguen estando muy presentes, diría incluso que se encuentran en pleno auge. Es demasiado pronto para pensar que no es necesario implementarlos y, mucho menos, optimizarlos y protegerlos”, comenta Alejandro Sánchez, Director General de CyberPower Systems México. 

Es incorrecto afirmar que las salas de servidores y los centros de datos han quedado obsoletos. Tan solo durante este año, se ha reportado que los gigantes tecnológicos, Amazon y Google, operan la mitad de los 600 centros de datos de hiperescala en el mundo. De esta manera, queda demostrado que cada empresa es diferente, por tanto, sus necesidades son distintas, y de ellas dependerá la definición de la arquitectura idónea para sus operaciones. 

Razones de sobra para la protección energética 

La infraestructura de misión crítica considera a las diversas arquitecturas de almacenamiento de datos, que incluye a las tradicionales salas de servidores y centros de datos, así como a la cloud data center, sin distinguir que sea pública, privada o híbrida. 

Este tipo de arquitecturas se encuentran identificadas como esenciales para todas las organizaciones, debiendo garantizar su funcionamiento y disponibilidad para el momento en que sean requeridas, especialmente por los posibles problemas de energía que pueden presentarse. Una de ellas corresponde a los fenómenos naturales, mismos que, recientemente, han dejado ver que las actividades económicas están completamente ligadas a una dependencia energética. 

Si bien, es responsabilidad del sector público el proporcionar las garantías de una continuidad de servicio eléctrico, la iniciativa privada debe asegurarse un plan de contingencia para los servicios de misión crítica que mantenga la continuidad de negocio. Particularmente con este último rubro, las alarmas siguen encendidas para las organizaciones, puesto que los recientes apagones registrados hacia finales del año pasado e inicios de 2021, han demostrado que el suministro de energía no es un servicio garantizado en su totalidad. 

“Los recientes apagones provocaron cortes de energía prolongados en diferentes regiones del país, situación que afectó hasta al 70% de las empresas en México (CCE), dejado clara nuestra vulnerabilidad ante la falta de un plan de acción que permita salvaguardar la infraestructura de misión crítica y asegurar una continuidad de operaciones, aunque ésta se desarrolle de manera ralentizada”, continúa Alejandro Sánchez. 

Plan de protección de energía 

La infraestructura de misión crítica se ha consolidado como todo aquel sistema que necesitará mantenerse operante 24/7, ya que una interrupción en su ejecución desencadenaría afectaciones que estarían comprometiendo la productividad y confiabilidad de las compañías. 

Un plan de protección de energía brindará un respaldo a los sistemas conectados a la red eléctrica ante eventuales cortes o fallos del servicio, resguardando la arquitectura de datos (ya sea digital o física), y garantizando la continuidad de negocio, a la par que puede disminuirse el impacto de la huella de carbono. 

Asimismo, será indispensable tomar en cuenta la administración remota de la energía para un entorno de red o a través de la nube, puesto que es algo que las necesidades actuales de los entornos tecnológicos requieren como mandatorio, adicional a contar con una plataforma de software que permita gestionar puntualmente el comportamiento de todos y cada uno de los elementos que formen parte de dicha solución. 

 “El diseño y selección del mejor plan de protección dependerá de las necesidades energéticas de cada compañía, no obstante, dos de los principales factores a considerar son la eficiencia energética en la que los componentes involucrados administren el consumo eléctrico, y la resiliencia a fallas, en la que dicha solución tenga capacidad de manejar redundancia a nivel de componentes para garantizar una operación ininterrumpida”, concluyó el director. 

 

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