Ante este panorama, se convirtió en un monstruo que se había salido de control, por lo que era indispensable digitalizar el acervo.
Pese a la importancia que implican los datos personales, les fue asignado bajo presupuesto, además de contar con poco tiempo para realizarlo, mientras que a otras dependencias les asignaron mayores recursos para la misma labor.
Consultaron empresas de outsourcing para realizar la tarea; sin embargo, fue complicado ya que éstas no contaban con equipos que brindaran altos índices de confiabilidad en los datos digitalizados, además de que cada vez que hablaban con un proveedor debían negociar absolutamente todo, lo que retardaba los procesos.
Esto se complicó, ya que de 1978 hacia atrás los registros estaban hechos a mano, los cuales en su mayoría resultan ilegibles, al estar maltratados por el tiempo y por no haberse preservado de la mejor manera por décadas.
Asimismo, existen actas cuya tipografía es diferente, los escáneres no reconocen todos los datos contenidos en las actas y sustituían palabras, nombres y letras.
“En textos de lectura no existe problema, pues no se trata de datos personales; no obstante, la tecnología OCR no es viable en registros, ya que existen muchos errores”, subrayó.
Debido a los problemas se decidió hacer un desarrollo propio con la premisa de seguridad a bajo costo; en 2007 iniciaron los trabajos, requiriendo la labor de 2,500 capturistas contratados en las diferentes etapas en que se realizó la labor.
La captura se realizó dos veces por personas diferentes y un validador que verificaba la información, lo cual les brindó una confiabilidad de 98.5%.
Igualmente, omitieron el uso de escáneres planetarios y utilizaron cámaras fotográficas para generar las imágenes, al tiempo que utilizaron el software libre de Linux y únicamente pagaron una licencia de Oracle.
“No estamos en contra del outsourcing; sin embargo, esto era incosteable y necesitábamos hacerlo con pocos recursos y de manera dinámica. La contratación, el desarrollo y la planeación fue una gran responsabilidad; no obstante, lograr ahorros y pensar en una estrategia era la única opción”, añadió.
En este sentido, generaron una variedad de servicios como solicitud vía Internet y servicio en kioscos, entre otros. Ahora buscarán la interconexión entre todos los juzgados.
El funcionario recordó que iniciaron el proceso con 42 máquinas Pentium 3, donadas por el INEGI y un servidor de 512 en memoria RAM. Posteriormente, integraron 225 máquinas y servidores Xeon dual de 3 y 4 GB en RAM.
Actualmente, tienen una inversión aproximada de 160 millones de pesos en el proyecto, con infraestructura más robusta.
“El trámite que se realizaba en una semana, ahora se hace en una hora. Se trata de que la imagen del registro se desprenda del círculo de corrupción con el que se asocia, además de hacer más eficientes los procesos”
Pantoja manifestó que otra de las bondades de la digitalización de actas es que dificulta la posibilidad de falsificar información, al ser ésta validada por Internet.
El entrevistado se dijo a favor del software libre, pues explicó que de esta manera cualquier otra persona o empresa puede dar continuidad al proyecto emprendido por él. Caso contrario a lo que ocurriría si se comprara un licenciamiento, pues si posteriormente se quisiera dejar de trabajar con éste, la labor realizada se vendría abajo, hecho que se ha presentado en algunas dependencias gubernamentales.
“Gobierno continúa siendo oportunidad de negocio para algunas marcas; sin embargo, debe haber flexibilidad en los sistemas para poder modificarlos, característica que brinda el software libre”.
Finalmente, Pantoja realizó una recomendación a los proveedores de este tipo de servicios, pues deben aterrizar la tecnología al nivel de los usuarios, quienes generalmente están distantes de ésta y cuentan con poco presupuesto para hacerlo.
