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Índice global de conectividad 2017 de Huawei

Las economías desarrolladas digitalmente en todo el mundo continúan progresando gracias a mayores inversiones y adopción de Tecnología de la Información y Comunicaciones (TIC). Al mismo tiempo, las economías en desarrollo digital también han comenzado a acelerar su crecimiento mediante la inversión estratégica en las capacidades de TIC y su viaje hacia la transformación digital; sin embargo, la brecha sigue creciendo.

Esos son algunos de los hallazgos en el Índice global de conectividad (GCI, por sus siglas en inglés) 2017 de Huawei, el cuarto estudio anual que muestra cómo los países están progresando con la transformación digital basada en 40 indicadores que cubren cinco tecnologías: banda ancha, centros de datos, nube, big data e Internet de las Cosas. La inversión en estas cinco tecnologías permite a los países digitalizar sus economías. A través de una planificación centralizada, la conectividad puede ser aprovechada totalmente y las capacidades de TIC pueden apoyar el crecimiento positivo de las economías nacionales.

De acuerdo con GCI 2017, el progreso global hacia una economía digital está acelerando su ritmo. El puntaje mundial del GCI subió cuatro puntos porcentuales desde 2015. El informe muestra que las TIC se han convertido en un motor del crecimiento económico.

De los 50 países analizados, 16 se consideran Frontrunners (delanteros), 21 son Adopters (adoptadores), mientras que los 13 restantes son Starters (arrancadores). Estos grupos reflejan el progreso de las naciones en la transformación digital. Los Frontrunners (PIB promedio per cápita de 50,000 dólares) son en su mayoría economías desarrolladas, incrementando continuamente la experiencia digital de los usuarios, utilizando big data y IoT para desarrollar sociedades más inteligentes y eficientes. Los Adopters (PIB promedio per cápita de 15,000 dólares) se enfocan en aumentar la demanda de TIC para facilitar la digitalización de la industria y el crecimiento económico de alta calidad. Los Starters (PIB promedio 3,000 dólares) están en la primera etapa de la construcción de infraestructura de TIC y se enfocan en aumentar el suministro de TIC para dar más acceso a las personas al mundo digital.

El informe dice que los planificadores económicos deben prestar atención a la creciente desigualdad, señalando que «la brecha digital se convierte en un abismo digital”.

«Al examinar tres años de datos en el GCI, vemos una creciente desigualdad, una versión TIC del ‘Efecto Mateo’, la teoría de la sociología que dice: ‘los ricos se hacen más ricos y los pobres se hacen más pobres’», reporta el estudio. Esto sugiere que los grupos o individuos que tienen una ventaja acumulada con el tiempo no sólo triunfan, sino que aprovechan su ventaja inicial para alejarse cada vez más de los competidores. Los legisladores deben entender que esta brecha digital afectará a todos los sectores de la economía y la sociedad.

“Las naciones que no pueden construir un crecimiento económico sostenible también pueden tener dificultades para alimentar, educar y proporcionar oportunidades de trabajo para su gente», se menciona en el informe.

Los Frontrunners lograrón un aumento de 4.7 puntos GCI de 2015 a 2017 aprovechando las capacidades de la nube, big data e IoT. Los Adopters experimentaron un incremento de 4.5 puntos en promedio. Los Starters más lentos cayeron más lejos en su capacidad de competir en la economía digital, con solamente una mejora de 2.4 puntos en el conteo total de GCI.

Las áreas clave en las que la desigualdad es un problema incluyen las suscripciones a banda ancha móvil, la mano de obra de TI per cápita, la inversión en TIC por PIB, la descarga de aplicaciones por habitante y la base instalada de IoT per cápita. Cabe señalar que un aumento de un punto GCI es equivalente a 1) un aumento de la competitividad del 2.1%; 2) un aumento de 2.2% en la innovación nacional; y 3) un aumento de 2.3% en la productividad.

El estudio revela que la relación entre la inversión en TIC y el crecimiento del PIB es generalmente aceptado en el gobierno y la industria. Examinando los datos con numerosos modelos de pronóstico económico, el informe dice que una nación que aumentó la inversión en inversión de TIC en infraestructura un 10% adicional anual de 2017 a 2025, puede beneficiarse de un efecto multiplicador. «Usando este modelo de impacto económico encontramos que cada dólar adicional de inversión en infraestructura de TIC podría traer un retorno de 3 dólares en el PIB en la actualidad, 3.70 dólares en 2020 y el retorno potencial aumenta a 5 dólares en 2025».

«Para mantenerse competitivas, las naciones en una etapa temprana de la transformación digital necesitarán priorizar el desarrollo de la infraestructura TIC, especialmente la conectividad de banda ancha y la adopción de la nube a un nivel estratégico en planificación económica para activar los recursos locales y alcanzar un crecimiento sostenible. Al mismo tiempo, las naciones que apuntan a capitalizar su estado de Frontrunner desearán priorizar la nube como un catalizador potente para iniciar una reacción en cadena de la transformación a través del big data y de IoT», concluyó Kevin Zhang, presidente de Marketing Corporativo de Huawei.

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