De igual manera, contempla la responsabilidad compartida, la cual reconoce el papel de fabricantes, importadores, comercializadores, distribuidores, consumidores y gobierno en la generación de estos residuos, por lo que dichos actores deben intervenir en el manejo de productos después de su vida útil.
Así lo explicó Mauricio Llamas, presidente de la Comisión Nacional de Medio Ambiente de la Canieti y socio senior de Environment Law México: “La solución debe resultar viable bajo los principios de eficiencia ambiental, económica, social y sanitaria, logrando con ello un plan de manejo”.
Esta ley deja muchos vacíos al no definir en qué clasificación están contemplados los residuos tecnológicos, creando un problema en la gestión y control de los mismos.
Así, por una parte podrían ser clasificados como peligrosos al contener metales pesados tóxicos como plomo, mercurio, cadmio, etcétera; por otro lado, podrían entrar en la categoría de manejo especial en caso de provenir de una actividad productiva y no ser peligrosos o, bien, como residuo sólido urbano si el deshecho proviene de un hogar.
De igual forma, contempla tres regulaciones y autoridades distintas a nivel federal, estatal y municipal, además de 32 regulaciones diferentes por cada entidad en el país: “Esto se traduce hasta en 2,500 regulaciones por cada municipio de la República, haciendo ineficiente la gestión de los residuos tecnológicos”, agregó.
Por esta razón, el jurista precisó ser necesaria la creación de normas sociales mexicanas que regulen y especifiquen la ley antes referida, lo cual corre a cargo del Comité Consultivo Nacional de Normalización de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Comarnat) integrado por órganos gubernamentales, ONGs, expertos, académicos e iniciativa privada representada por cámaras industriales, entre ellas la Canieti.
Informó que dentro de esta norma se pretende crear un listado de los residuos tecnológicos sujetos a un plan de manejo, así como las características que debe cumplir, trabajo que han desarrollado desde hace dos años y medio, encontrándose ahora en revisión por parte de la Semarnat.
Actualmente existe una norma similar para los residuos peligrosos, la cual enlista los elementos y procedimientos en el plan de manejo de éstos; sin embargo, ésta no sólo involucra residuos tecnológicos.
Asimismo, acotó que anteriormente se pensó que en México se obligará al importador al reciclaje de pilas; no obstante, esto resultaba costoso, además de no haber una tecnología viable ni incentivos para ello.
