Reportaje

La hora de la verdad en las elecciones de EU

• Inevitable crisis económica a finales de 2008
• Irán y el noreste africano,
en la mira
• Diferencias y similitudes entre Obama y McCaine


El próximo 20 de enero de 2009, el nuevo presidente de Estados Unidos de Norteamérica jurará al cargo en el Capitolio. Hasta el momento, la carrera para suceder a George Bush está centrada en el senador Barack Obama, candidato presidencial por el Partido Demócrata, y John McCain, del Partido Republicano. Las elecciones se llevarán a cabo el próximo 4 de noviembre de 2008.

De acuerdo con Miguel Angel Valenzuela, profesor de la carrera de Relaciones Internacionales en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y especialista en temas de Estados Unidos, actualmente, en ese país hay un descontento de la población con respecto a la administración de George Bush –Partido Republicano-, quien ha tenido índices históricos muy bajos de aceptación ciudadana. Sin embargo, eso no significa que las elecciones vayan a ser ganadas por el candidato demócrata.

“Hay un gran descontento de la ciudadanía, pero lo que más le está afectando a Estados Unidos es la crisis económica, más allá de la guerra en Iraq, que es otro tema delicado para ellos, por el costo y los soldados caídos”, afirmó.

Situación actual

Al haber obtenido Barack Obama la candidatura por el Partido Demócrata, el proceso electoral ha entrado en una nueva fase en la que se habrá de analizar, entre muchas otras cosas, los mensajes de campaña que lancen ambos contendientes, con la finalidad de obtener el voto de aquellos que no son claramente demócratas ni republicanos y que, a decir del entrevistado, son quienes han definido últimamente las elecciones.

“Esos votos están divididos entre Obama y McCain, quienes ven en el primero algunos puntos fuertes, como el tema económico, además de que para la mayoría el candidato republicano representa un cambio importante en la política de Washington, algo que buscan muchos votantes estadounidenses”.

Valenzuela destacó que al candidato republicano lo perciben como una persona más confiable en la “guerra contra el terrorismo”, particularmente en el tema de Iraq, siendo un hombre de experiencia militar.

Ambos candidatos buscarán el voto de los demócratas que apoyaron a Hillary Clinton y que no piensan hacerlo por Obama, sino por McCain, pues representa más a sus intereses.

Igualmente, buscarán la simpatía de los republicanos que no están convencidos con su candidato.

La fórmula hará la diferencia

Sin duda, una de las decisiones más importantes que habrán de tomar los candidatos es a quién van a invitar como vicepresidente y compañero de fórmula.

En el caso de que McCain se decidiera por Mike Huckabee, podría darle votos duros republicanos. Por otra parte, aunque muchos mencionan la combinación Obama-Clinton como una posibilidad, el especialista asegura que no es una fórmula ganadora, ya que simpatizantes de la senadora reiteraron, durante su campaña, que en caso de que perdiera Hillary no apoyarían a Obama, sino a McCain.


A considerar

En esta nueva fase hacia la presidencia de Estados Unidos, Barack Obama tiene enfrente grandes retos; entre ellos, destaca el hecho de ser afroamericano, porque si bien hasta el momento los vecinos del norte han dado notorias muestras de haber trascendido la barrera racial, la verdad es que hay estados que todavía son racistas.

Por otra parte, durante el proceso electoral del Partido Demócrata, Obama proyectó la imagen de ser el candidato del cambio, supo ganar adeptos a través de herramientas tecnológicas como Internet, en sus discursos anunció que podría analizarse el retiro de las tropas de Iraq, pero al convertirse en el candidato de ese partido, su discurso se ha modificado.

“Recientemente, ante la comunidad judía estadounidense, dijo que hay que desplegar más tropas en Iraq, pero no por el peligro que significa Iraq, sino por lo que significa Irán, lo cual contradice su discurso anterior”, mencionó Valenzuela.

En cuanto a McCain se refiere, en este momento su imagen está menos desgastado que su contrincante, es un hombre con más de 70 años de edad y una salud deteriorada.

Al respecto, el especialista sugirió estar atentos hasta conocer a su compañero de fórmula para la vicepresidencia. “Hay que ver cómo se desenvuelven los temas y los discursos en los debates, pueden surgir ‘golpes bajos’ para atraer votos”.

Qué esperar del nuevo presidente de EU

De acuerdo con el entrevistado, gane quien gane la elección, debe haber un cambio en el cómo, por qué, en el qué. Ambos candidatos son muy similares; es decir, buscan mantener el papel hegemónico de Estados Unidos como el líder mundial y mejorar la imagen del país ante el mundo.

En el caso del cómo gobernar, el catedrático considera que habría cambios al tratar de impulsar la democracia, lograr mayores acuerdos, ir juntos o acompañados por otros países para justificar las intervenciones militares.

En ese sentido, subrayó: “Ambos candidatos tienen la intención de intervenir en el noreste africano. Los dos van a tratar de ‘meter mano’ en Irán, de defender a Israel; van a tratar de atacar la inseguridad en México y prevenir la migración”.

Inevitable crisis en México

El académico de la UNAM advirtió que parte del descontento hacia el todavía presidente Bush se debe a que la ciudadanía está enfrentando una crisis económica, de la cual todavía no se ve lo peor.

“Hay muchos elementos que están retrasando ?por así decirlo? ese mal momento, pero cuando reviente, sí va a ser algo tremendo para nosotros. Será a finales de año cuando se vea lo más fuerte”. Aseguró que el proceso electoral es uno de los factores que están reteniendo la crisis.

Sobre la manera en que esto podría repercutir en el país, el especialista indicó que puede afectar en el empleo si empiezan a cerrar plantas: “Tratarán de proteger al trabajador estadounidense, entonces buscarán la manera de evitar la migración, lo cual significa disminución de la inversión”.

Añadió que la crisis podría afectar el comercio, ya que estas situaciones tienen dos lecturas, a unos les es benéfico y a otros perjudicial, porque si hay menor inversión en los Estados Unidos y menor gasto, arriesgarán menos.

“Si en México bajan las tasas de interés para que el consumidor nacional tenga mayor posibilidad de gasto, habrá menos inversiones, porque siempre le apuestan mientras mayor interés haya. Si sube la tasa de interés derivado de los mercados, entonces habría mayor inversión aquí, podría haber más trabajos, pero habría menos capacidad de compra para el consumidor mexicano”, finalizó.

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