Guerras sin ganador
| Recientemente tuve oportunidad de platicar con un periodista vietnamita, quien se sorprendió de que un mexicano conociera su país, el nombre de su capital e, inevitablemente, el conflicto que viviera su nación. Fue entonces ineludible evocar esa guerra en la que, de una o de otra forma, todos los involucrados perdieron. |
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Más tarde, al visitar Nova, el equivalente en Taiwán a la Plaza de la Tecnología, me di cuenta de lo pequeño que es el mundo, pues de no ser por los letreros y listas de precios en chino, uno juraría que está en pleno centro histórico del DF. Y de nuevo vinieron a mi mente imágenes de la guerra, pero esta vez no del conflicto armado, sino de la guerra de precios en las PC, que al parecer lo único que logra es hacer bajar los márgenes para todo el canal. Si a esa competencia desmedida por ganar clientela se le suma un usuario final con poco conocimiento, que compra lo más barato no porque no pueda pagar, sino porque no conoce las ventajas que obtiene al invertir unos pesos más, se obtiene un círculo vicioso. No es casualidad que en otros estados haya distribuidores que prefieren comercializar equipos de mejor desempeño, que aunque no son “bolillos” –como se dice en la jerga del canal–, porque se venden solos, sí ofrecen mejores utilidades. Por desgracia, hay quien opina que esta situación no cambiará en por lo menos un par de décadas, pues se trata de una cultura muy arraigada en México, basada en buscar ganancias por la vía rápida aunque ello signifique, a la larga, matar a la gallina de los huevos de oro. Al final, como en otras guerras, en la de los precios nadie gana.
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