¿De calidad o de precio?
En este número, como en los anteriores y el siguiente, planteamos el punto de vista de varios actores de la industria –incluido el nuestro- acerca de lo que nos augura este año. En estas páginas se expresan los tenores, apoyados en la opinión de un grupo de profesionales que estudian los mercados y la tecnología misma.
Distrae nuestra atención hablar del deporte, pero no del nacional. Nos ocupa en particular un nombre muy reconocido, aquel que fue testigo de las glorias de Hugo Sánchez, el pentapichichi.
El caso es que parece que patrocinar un equipo de la casa blanca, un equipo merengue, es contraproducente. No da los frutos que se esperan de anunciar la marca en las casacas del popular equipo, sino todo lo contrario. Vea usted si no. Empresas como Zanussi, Parmalat, Otaysa y Kelme han tenido problemas financieros mientras patrocinan alguno de los uniformes del Real Madrid.
El caso que hoy nos ocupa es el del fabricante taiwanés BenQ, quien como dicta la costumbre no sólo tuvo problemas, sino que declaró en bancarrota su negocio de telefonía celular, recientemente adquirido a Siemens.
Como precedente, cabe mencionar que la firma asiática, a finales de septiembre pasado, presentó una solicitud de insolvencia para su filial alemana de telefonía móvil, adquirida un año antes a Siemens, misma que a principios de este año inició su cierre definitivo, su fin de la función.
Para ventura, tras conocer la declaración de insolvencia, Siemens puso a disposición de sus 3 mil antiguos empleados fondos de ayuda y les ofreció que optasen como candidatos internos a las 2 mil plazas vacantes en el grupo teutón.
En poco más de un año BenQ Mobile se convirtió de cuarto fabricante de teléfonos celulares, en una empresa con pérdidas por más de 330 millones de dólares. Y temas como ése se dan a diario en toda la industria. Lo que no cuadra es cuando la filial mexicana de BenQ se regodea anunciando smartphones. Peor si se ostenta como la alternativa a los VARs, ¿verdad que no hay congruencia?
¿Qué pasaría si usted, amable lector, le dijera a su cliente que le va a instalar un cable descontinuado o una versión de software que no se editará más? Si usted es capaz de mentirle de esa manera a su cliente acerca de las bondades de soluciones obsoletas y sin sustento, el riesgo es que ese cliente no será suyo en absoluto.
Pero debemos ver un lado positivo en toda esta estrategia de la empresa BenQ, la cual queremos compartir una buena noticia con usted, estimado lector.
En semanas recientes esta empresa buscó hacerse de servicios proponiendo pagar sólo 22% de su valor real.
¿Deberíamos interpretar lo anterior como que esta compañía recortará sus precios en 78%?, y ¿podríamos estimar que su objetivo es vender sus productos y servicios a 22% de su precio actual?, o ¿estamos ante la perspectiva de que todo ese ahorro lo reflejará en mayores utilidades para el canal y mejores precios para el usuario final?
Si es así, ¡enhorabuena por este gran esfuerzo al que le deseamos el mejor de los éxitos en la sucursal mexicana de BenQ!
