Editorial

En búsqueda de la pyme

La oferta de tecnología, la misma que pugna por ser innovadora, diferente, mejor cada día, a lo largo de los años ha sufrido cambios de concepto y en su manera de llegar al mercado.

En esa llegada, la tecnología ha requerido de comunicación puntual, acorde con esa forma de venderse, y dejar de lado, en gran medida, el recurso de hablar de ella en términos técnicos.


 


De esa manera, hablar de bits y bytes dejó de tener vigencia, pero es innegable que para comunicar la tecnología, así como para venderla a los usuarios, es requisito indispensable entender verdaderamente esa terminología técnica que poco a poco desapareció de los medios.


 


Es decir, la tecnología tuvo que dejar de divulgarse por sí misma y cambiar su comunicación por una más acorde con los negocios, pero nunca ha dejado de requerir capacitación y certificaciones de quienes la entregan a los usuarios.


 


Hoy se utiliza un lenguaje que comunica la conveniencia de la tecnología en función de los beneficios que aporta a las empresas, de tal manera que contribuye al fin ulterior de todos los actores de la industria: vender, ser rentables y asegurar el futuro.


 


El cambio ha resultado adecuado en buena medida, pero donde la comunicación de la tecnología no ha tenido éxito es en la base de la pirámide: no es usada por una gran mayoría de las empresas mexicanas, las pymes, las cuales no pueden ser más competitivas y rentables en el plano global, a pesar de que continúan aportando casi 50% del Producto Interno Bruto de México.


 


Ejemplos claros abundan; por ejemplo, estadísticas de Bancomext exponen que del total de las empresas mexicanas que desean exportar sólo 24% pueden hacerlo y el resto no logran hacer comercio exterior por no contar con procesos de negocio y por no usar tecnología.


 


Eso es un síntoma claro de que la comunicación de la tecnología y su forma de llegar al mercado han fallado en más de una forma, sobre todo si se toma en cuenta que los fabricantes aspiran a vender tecnología a la pyme, pero no logran sus objetivos, entre otras razones, por venderle únicamente a los grandes corporativos y al gobierno.


 


Lo más preocupante es que tampoco el país se ha visto beneficiado con claridad de la tecnología y México sigue perdiendo competitividad en el mundo.


 


Y aunque prácticamente todos los fabricantes de tecnología han propugnado por llevar su oferta a empresas medianas y pequeñas, esa oferta tecnológica no termina de llegar a un muy amplio porcentaje de empresas mexicanas.


 


Es así que la industria entera se preocupa por encontrar la fórmula para venderle a la pyme. Hasta el momento la búsqueda ha sido infructuosa, pero no dudamos que en cuanto las variables sean definidas, en cuanto los algoritmos se pongan a prueba, el canal de distribución, el mismo que multiplica las fuerzas de ventas, de implantación, de consultoría y de servicios de los fabricantes, será uno de los operadores destacados de la fórmula para vender tecnología a la pyme. Sólo entonces finalizará la búsqueda.

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba
Share via
Copy link
Powered by Social Snap