Editorial

De dónde salen más correas

El martes 12 de octubre la firma AT Kearney informó que México perdió 19 posiciones en la preferencia de los inversionistas extranjeros, al pasar del lugar tres al 22. Mientras que para el Foro Económico Mundial, México pasa del sitio 47 al 48 en el ranking. Ahora resulta que es una sorpresa que su interés se encuentra en naciones como China e India.

La respuesta de las autoridades es el fantasma del denominado “sospechismo”, también conocido como el síndrome de “yo no fui, mira también aquél”.
La responsabilidad es un claro signo de la libertad a la cual no se debe temer o huir, por el contrario se debe enfrentar y poner manos a la obra para remediar la situación. Cierto que estos anuncios son una fuerte llamada de atención para todos los mexicanos; pero de ninguna forma debe resultar en una sorpresa, ya desde hace algunos años, especialmente en la industria de TI, habíamos visto una inundación de productos chinos y pérdida de trabajos por “outsourcing” a la India, entre otros problemas.
¿A quién extraña que exista desconfianza en el extranjero acerca de la capacidad de lograr acuerdos, cuando en la Cámara de Diputados un grupo se atrinchera y sencillamente pospone cualquier diálogo para lograr un compromiso?
En lo que debemos centrarnos es en demostrar que sabemos trabajar juntos. Un ejemplo es la reunión que CANIETI realizará en Tijuana, la llamada Cumbre Internacional de la Industria del Software que busca promover el potencial de las empresas desarrolladoras de software en México.
Tal como si se tratara de un diálogo en la genial ilógica de Alicia en el País de las Maravillas, es una de las propuestas de trabajo en equipo para sumar esfuerzos, donde todas las partes asumen su responsabilidad.
La competitividad es la suma de las capacidades de todos; pero lo más importante es que debemos buscar soluciones desde adentro, no estar buscando que las inversiones del extranjero saquen al país adelante. Es con trabajo, apoyo al talento nacional y desarrollo de nuevos productos nacionales que lograremos salir adelante. Debemos pasar de ser un país de vendedores a uno de innovadores y creadores, donde la ciencia y tecnología nos permitan fomentar los empleos que todos queremos, bien remunerados, para ser más competitivos, hacer más con menos trabajando en equipo y transformar todo el capital intelectual del país en el motor de la economía con innovaciones en ciencia y desarrollos de tecnología.
En lugar de “lavarse las manos”, es tiempo de decir, soy responsable y esta es mi propuesta. En el canal de distribución de TIC somos competitivos y debemos buscar innovadoras formas de ser más productivos. Por lo que debemos ver de dónde salen más correas y agregar valor, buscar clientes en todo el mundo, no sólo en México, competir en otros países y trabajar juntos para ser mejores promoviendo lo hecho en México. Ese es el verdadero reto.

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