Premiaciones al estilo FIFA

Es curioso ver que las premiaciones que llevan a cabo muchos mayoristas y fabricantes son ganadas por un pequeño contingente de distribuidores. Esto se da con base en parámetros de ventas según nichos de mercado específicos, y obviamente, los criterios para determinar a los ganadores los diseñan los mismos mayoristas.

Incluso hay versiones que afirman que los premios son determinados días antes de la entrega, cuando el director general de un mayorista determinado se reúne con sus “cuates” para hacerles saber que son los “afortunados ganadores”, algo así como el “Club de Tobi”.
Es claro que no en todos los casos se aplica dicha afirmación, hay ejemplos en los que los ganadores efectivamente son los que más rindieron. Sin embargo, también hay casos de distribuidores rentables, cuyo esquema de negocio es ejemplar, que jamás ganaron premio alguno.
Todo ello hace que estas iniciativas sean tan creíbles como las estadísticas que brinda mes con mes, la Federación Internacional de Futbol Asociado (FIFA): nadie sabe a ciencia cierta por qué un país o un club aparece entre los mejores del mundo; por ejemplo, México está por encima de países como Holanda, Inglaterra o Portugal, información que obviamente suscita las consabidas perspicacias y poca credibilidad.
En la cadena de distribución, la entrega de premios al canal se ha convertido en un acto social para que la crema y nata haga notar su presencia, pero generalmente poca gente le da el peso que debería tener. Para ello sería indispensable que los mayoristas o fabricantes llevaran a cabo un estudio objetivo, contratando a una compañía analista que no tenga relación con los intereses de la empresa en cuestión.
La realidad muestra que existen distribuidores plenamente eficientes que desplazan enormes cantidades de productos y soluciones; lo malo es que no son adictos a las sesiones de golf: únicamente se dedican a sacar adelante su negocio con resultados que sí son dignos de resaltar. Es hora de que los clubes de Tobi evolucionen para hablar de madurez y objetividad dentro de este mercado, que por cierto, es sumamente necesario.