Editorial

La pugna por el poder

Cada seis años, los mexicanos nos encontramos ante la disyuntiva de elegir al mandatario de la nación en un proceso “democrático” que tiene muchos observadores y candados, resultado de una pugna para obtener el poder.
En periodos de campañas se escuchan acciones a favor del candidato del partido del poder, utilización de recursos públicos para fines electorales y una serie de descalificaciones de los candidatos, todo ello para eliminar al contrincante; lamentablemente, en todo este proceso, quienes más resultan afectados son los votantes, porque pierden la credibilidad de quienes quieren representarlos.
El canal organizado de TIC no está exento de dichas situaciones, pues en la presente renovación de la presidencia de Anadic se observa una serie de irregularidades que están dando como resultado que los distribuidores pierdan la fe en el gremio y sus objetivos.
Basta recordar que cuando se fundó la asociación, aproximadamente hace 11 años, resellers como Alireza Pourshojai, Leopoldo Rosas, Berta Limón, Javier Vargas y José Álvarez de Icaza, por mencionar a algunos, buscaron tener una representatividad nacional para obtener beneficios en común.
De los objetivos iniciales de la Anadic pocos quedan vigentes, se debe considerar que se han modificado como  la tecnología y las formas de hacer negocio; sin embargo, los básicos deberían mantenerse firmes.
Ejemplo de ello son los estatutos para elegir al representante a nivel nacional, donde un distribuidor que haya sido presidente de su asociación local pudiera ser líder a nivel nacional por un periodo de dos años. Y así sucedió con Alireza, Javier Vargas y Francisco Wilson. Fue en el periodo de este último cuando se modificaron las reglas para que se pudiera reelegir por otros dos años más y todo el gremio estuvo de acuerdo.
Después de estar cuatro años al frente del gremio, Wilson cedió, en una elección organizada por la Secretaría en turno, a Marco González, quien ahora busca reelegirse en un segundo periodo, enmedio de una serie de descalificaciones que lejos de ayudar a la imagen de la asociación podrían poner en tela de juicio sus fundamentos.
En lugar de enfrascarse en una pugna por quién obtiene o mantiene el poder, se deben superar las diferencias, pues en caso de que surja una nueva asociación, ambas tendrían la sombra de un pasado truculento.
Mayoristas, fabricantes y este medio de comunicación estamos atentos al resultado del proceso; en este escenario, todos los agremiados de la Anadic deben estar conscientes y ser responsables para participar en el destino de su agrupación.
Este país requiere de propuestas claras, medibles en beneficio de muchos y no sólo de unos cuantos, que no se les olvide que «nadie es mejor que todos juntos», pero todos, no sólo ciertos grupos.
De igual manera, este país tiene muchos ejemplos a no seguir en rubros empresariales, agrupaciones vecinales, sindicatos, gobiernos locales y dependencias federales, donde la pugna por el poder hizo que se olvidaran de sus principios básicos y de sus bases.

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