Quinto Poder
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Las elecciones están cada vez más cerca y por todas partes la propaganda política ha invadido los medios electrónicos y los espacios disponibles para publicidad exterior; incluso aquellos que tienen sitios habilitados con anuncios administrados por Google habrán notado que los partidos políticos ya están también en sus páginas, lo cual aunque no es agradable para todos, nos habla de la importancia que ha cobrado Internet para la clase política, especialmente luego del caso Obama.
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En las últimas semanas también hemos sido testigos de cómo el IFE ha tenido que meter la mano en YouTube para sacar de la red cierto video que consideró inapropiado.
México no ha llegado a un nivel de uso de Internet como para que la Red haga la diferencia en una elección; sin embargo, es posible prever que en lo sucesivo Internet será cada vez más el campo de las batallas electorales. No olvidemos el grado de penetración que tiene la información en las redes sociales y ahora los micro blogs, los cuales en menos de un año serán en nuestro país una de las formas más populares para recibir y difundir noticias, aunque en otros países esto es ya una realidad. No es difícil ver el poder de las redes humanas en Internet (quizás deberíamos empezar a llamarles El Quinto Poder). Recordemos que algunos de los principales bancos en Estados Unidos usan Twitter para comunicarse con sus clientes o que en Guatemala un usuario fue arrestado, su domicilio cateado y confiscada su PC por haber twitteado “quebrar al banco de los corruptos”, hecho que se interpretó como una referencia al escándalo presidencial recientemente acontecido en ese país, el cual, sobra decirlo tuvo a YouTube también como protagonista. Sólo 33 caracteres bastaron para alertar al gobierno guatemalteco. ¿No es eso una muestra de poder mediático? Cambiando de tema, un dato que me pareció de relevancia en los últimos días es que debido a la ahora oficial recesión en México los automovilistas han dejado de usar gasolina Premium. Según Pemex, el primer trimestre cayó la venta de este combustible en 28.22%. Obviamente la diferencia de precio en contra de la gasolina Magna es la causa de este cambio en el consumo. ¿Será que el mismo efecto se verá replicado en el mercado de consumibles, donde también existen alternativas de menor precio aunque también con diferencias sutiles en la calidad de impresión, durabilidad del color y otras características que los usuarios bien podrían estar dispuestos sacrificar? Esto no sólo podría ser una buena señal para quienes participan del mercado de compatibles, también puede ser un foco rojo para el canal, pues podría significar un endurecimiento de la guerra de precios en la cual, como ya hemos dicho, nadie gana.
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