Columnas

El valor de lo esencial

La viabilidad del negocio de la telefonía fija ha sido cuestionada fuertemente en los últimos años debido al acelerado crecimiento de servicios sustitutos que sobre todo, y esencialmente, requieren menores gastos de infraestructura por usuario. Hoy, un nuevo redimensionamiento de la industria lo ubica como un componente indispensable del “gran paquete”.

 

Por: Ariadna García Vega

 

 

En los últimos diez años el diferencial de las tasas de crecimiento de la telefonía fija frente a la móvil ha ido en aumento y amenaza en distanciarse aún más con la puesta en marcha de programas como "el que llama paga nacional", que responde de manera inmediata a las necesidades de comunicación de la población y hace cada vez menos atractiva las inversiones en infraestructura de telefonía fija para alcanzar un nuevo cliente, sobre todo en áreas rurales o suburbanas.

 

Ante esta expectativa, el rendimiento sobre la inversión de los operadores de telefonía luce sombrío y el servicio parece moverse hacia la concepción de un commodity con utilidades decrecientes. Sin embargo, un cambio en la tendencia mundial ha hecho repensar esta previsión; la integración de varios servicios en uno.

 

Este paquete, al que arriba hacíamos mención, no es otra cosa que la convergencia de servicios de comunicaciones y entretenimiento, que permite a un solo concesionario ofrecer de telefonía, Internet y televisión de paga, bajo una sola vía: su red.

 

 

En este punto vale la pena hacer la diferenciación entre convergencia tecnológica y la convergencia de servicios. Antes de que el "triple play" acaparara la agenda sectorial, los operadores de telefonía trabajaron en la actualización de sus redes a fin de ofrecer servicios adicionales a la voz. Dicha actualización tecnológica significó el paso previo para concretar una integración de servicios, que no solo se limita a telefonía, Internet y TV restringida .

 

La experiencia mundial ha mostrado que el cambio de estrategia hacia operadores multiservicio ha ayudado a los concesionarios de telecomunicaciones ha detener la caída de sus ingresos por servicios tradicionales. De igual forma, el empaquetamiento de servicios en una misma factura ha resulta atractivo para los consumidores.

 

Este giro en la industria nos hace pensar en un nuevo periodo propicio para crecer la inversión en el sector, y al mismo tiempo crear un ambiente más competitivo.

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