¿Quién gana con la piratería?
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| La cruda realidad
Dos egresados de la carrera de arquitectura compartieron sus experiencias y comentarios sobre el costo de los programas que se necesitan para terminar la carrera en una escuela privada. >> Alejandro Torres Durán eSemanal: ¿Tuviste que comprar alguna computadora para poder estudiar la carrera? Juan Antonio Moreno: Sí. Gibrán Martínez: La computadora ya la tenía y los programas no me costaron porque eran piratas, ya que como estudiante está muy grueso comprar los paquetes originales. eSemanal: ¿Cuánto tuviste que gastar para poder tomar clases, además de colegiaturas y demás gastos? Juan Antonio Moreno: Como pude, en mi carrera pagué 15 mil pesos. Gibrán Martínez: El AutoCAD, que es básico, costaba cerca de 35 mil pesos pero no sé si había una versión para estudiantes. También necesité Photoshop, 3D Studio, Illustrator y Corel, los cuales costaban 10 mil pesos en promedio. De 3D Studio sí había una versión para estudiante como en 2 mil pesos, pero los demás sí eran más caros. eSemanal: ¿Usabas software original? Juan Antonio Moreno: No, no podía pagar tanto dinero por la paquetería que utilizo. eSemanal: ¿A cuánto consideras que asciende el costo total de la paquetería que usas? Juan Antonio Moreno: Híjole, una licencia de AutoCAD vale entre mil y 2 mil dólares anuales. Gibrán Martínez: Yo creo que unos 80 mil pesos más o menos. Está perrísimo, por eso la piratería fluye. eSemanal: ¿Sólo usas AutoCAD? Juan Antonio Moreno: No, uso Adobe Illustrator, Photoshop, Streamline, 3D Studio Max y Office. eSemanal: Debe ser una fortunita, ¿no? Juan Antonio Moreno: Sí, está grueso. Para empezar a trabajar por mi cuenta es casi imposible eSemanal: ¿Sabías que Autodesk, Adobe y Corel, por ejemplo, tienen planes para estudiantes, con precios especiales? Gibrán Martínez: De Adobe sí sabía, pero era algo caro para estudiantes, comparado con una copia quemada. Juan Antonio Moreno: Sí, pero no adquirí esas licencias porque estuve becado y no tenía más recursos para pagar más. Tampoco contaba con la cultura de invertir en una licencia. eSemanal: ¿Aun así ,estaba caro? Gibrán Martínez: Si sumas la cantidad de material, colegiaturas, transporte y demás gastos, el considerar comprar una versión original aunque fuera de estudiante, era algo elevado. Aunque, por ejemplo, el 3D Studio, en un principio traía un candado, el cual no era tan fácil de crackear, por eso mucha gente compró la versión para estudiante. Pero cuando rompieron el candado y el crack empezó a funcionar sin problemas, la gente comenzó a comprar la versión pirata. eSemanal: ¿A qué atribuyes que los programas para arquitecto sean tan caros? Juan Antonio Moreno: A que son aplicaciones más especializadas y por eso el precio sube. Gibrán Martínez: Si lo veo desde el punto de vista que son para una compañía, no se me hacen tan caros, imagino que la proporción que hay entre lo que te ayudan a generar en tu oficina como herramienta de trabajo, está bien. Supongo que el precio va en función de pagos de derecho y desarrollo de tecnología. Las actualizaciones son las que deberían ser gratis y tener la certeza de que tu desembolso inicial no se convertirá en basura en cinco años, pero bueno, me imagino que no ganarían tanto. eSemanal: ¿Se te ocurre alguna idea para que los costos no fueran tan altos y fuera de la realidad? Juan Antonio Moreno: Las compañías deberían contar con sistemas de protección más complejos para evitar el desarrollo de la piratería. Abrir el mercado bajando mucho pero mucho más el costo de las licencias. Si se abre el mercado y si se torna casi imposible crackear un paquete, la gente tendrá que comprar, pero a precios razonables. Gibrán Martínez: Dar paquetes completos por grupos de escuela y ofrecer actualizaciones sin costo. Juan Antonio Moreno: Quizá crédito, mayores opciones de pago y con un número determinado de actualizaciones. Gibrán Martínez: Yo creo que si pagaras unos 15 mil pesos por todos los programas, sabiendo que las actualizaciones fueran gratis o por debajo del costo, estaría muy bien, porque en 15 años los programas se actualizan cinco veces eSemanal: Si te dieran los programas y después de tu sueldo, ya como profesional, pagaras con un porcentaje, ¿no sería más justo o mejor para ti? Juan Antonio Moreno: Buen punto. Es como pagar impuestos. Sí, sería justo, pero tendría que estar tabulado en función de lo que gano. eSemanal: ¿La piratería ayudó a que te educaras? Gibrán Martínez: Sí, orgullosamente debo mi educación a la piratería. Si mis padres se hubieran dedicado a eso, estaría orgulloso. eSemanal: Las compañías dicen que el costo no es problema, que el problema es la cultura, ¿crees que eso sea cierto? Gibrán Martínez: La cultura de que el mexicano no tenga dinero. Creo que si el control y/o penalizacion de la piratería fueran mayores sería diferente, porque la cultura del mexicano así es. Si hacen operativos en las universidades para llevarse alumnos piratas, seguro disminuye, pero la piratería está gruesísima en todo el mundo, ¿no? Aparte, más que cultura mexicana, latina o lo que sea, siempre existirá esa parte del ser humano de conseguir lo mismo, pero más barato. Por más dinero que tenga una persona, creo que no le molestará pagar 15 pesos en lugar de 300. |
Merma a la economía Kiyoshi expuso que realizan bastantes visitas a empresas con el IMPI “en las cuales promovemos la regularización, pero también visitamos escuelas, universidades, foros industriales y comerciales donde les mostramos el mercado de software, pero hay otros mercados inundados por la piratería y eso es lo que le hacemos a nuestra economía. Si la piratería sigue avanzando, la economía del país se verá mermada”. Acerca de los vendedores ambulantes que se encuentran por toda la ciudad, Tsuru comentó: “Podríamos ir diario a tratar de quitarlos, pero el problema seguiría. Es un problema de voluntad política, necesitamos que las autoridades que están encargadas se dediquen a quitarlos de la vía pública. El que rompa la ley debe pagar por ello. El porqué la ley no se aplique no sé a qué se deba, eso excede mis facultades y mi trabajo”. En materia de piratería, la gente piensa que no hay consecuencias, pero se pierden oportunidades de negocio y empleo si no se compra software legal”.
Software para estudiantes El entrevistado comentó sobre la oferta de algunos de sus clientes: “Nuestros miembros tienen programas para estudiantes, como Autodesk, que tiene suites con 70% de descuento y Microsoft también. Hay oportunidades en la UNAM de comprar un Office hasta en 500 pesos”. Tsuru aceptó que los medios resultan insuficientes para llegar a las escuelas: “El problema es que hay falta de información. Queremos decir a los estudiantes que si van a estudiar arquitectura no deben comprar la suite más cara de AutoCAD, con la suite de estudiante es suficiente”. Finalmente, el directivo dijo que cuentan con un servicio de teléfono 01800 al cual se puede hablar para obtener información sobre los descuentos en diferentes licencias.
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T suru
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Las cifras hablan por sí mismas: de todas las aplicaciones que se usan en México, alrededor de 65% son piratas, usadas ilegalmente y nadie resulta beneficiado: el usuario no tiene respaldo ni garantía, el distribuidor no vendió el producto ni sus servicios y el fabricante ve empeorar sus resultados año tras año. Las acciones contra la piratería han resultado parciales de un problema gigante que podría no tener solución, máxime que hasta el día de hoy no se ve cómo disminuirla o eliminarla. Los argumentos que explican el fenómeno, o pretenden hacerlo, son opuestos según la perspectiva de quien pone o propone la solución. Por una parte hay quien afirma que es un problema de cultura y respeto por la legalidad; otros, al contrario, afirman que es escasez de recursos e imposibilidad económica. Ambos extremos pueden tener razón; el uso de software ilegal está fuera de la ley, pero invertir hasta el doble de lo que cuesta el hardware en software para usarlo legamente también es una imposibilidad para muchos. En seguida, amable lector, podrá apreciar estas afirmaciones en voz de los actores de la industria.
La voz del canal Julio Zacarías, es un reseller de los llamados cajueleros que vende equipo de cómputo, asesora a pequeñas empresas, oficinas, escuelas y cafés Internet. >> Alejandro Torres Durán
Julio compartió su experiencia y platicó sobre el movimiento del mercado en el último escalón, y compartió su opinión acerca del software ilegal. “Atiendo a clientes de a pie, que son mi mayor operación, e instalo alrededor de 15 máquinas al mes. Al momento de vender una computadora, si el cliente lo requiere, le instalo software original, ya que si les instalo pirata no se les puede ofrecer ninguna garantía”, dijo. El entrevistado señaló que le causa problemas instalar software ilegal debido a que los clientes siempre piden garantía y precio: “Me dicen: oye, es que el Windows me cuesta 50 pesos en el tianguis pero les explico que la licencia del software original es mucho más elevada que lo que desean pagar, ya que al vender una computadora, si me la piden con software (sistema operativo y suite de oficina) el costo total se duplica (5,500 pesos en promedio)”. Zacarías señaló que no instala software pirata porque no es conveniente para el cliente por el riesgo que representa, además no lo considera ético, pero tampoco encuentra ético que las instituciones dedicadas a realizar arrestos por uso de software ilegal lo hagan con empresas emplazadas que pagan impuestos y que sean perseguidas y castigadas, mientras aquellos que lucran con la copia, distribución y venta de discos con software ilegal circulan libremente. “Y ellos no pagan impuestos ni generan empleos. Son como una plaga; además, tienen mayores ganancias que yo, por ejemplo, que vendo programas de manera legal”, explicó. En palabras del microempresario, hay clientes que piden las máquinas sin software instalado y algunas otras veces pone la versión de evaluación de Windows XP Professional, que dura 180 días. “Esa versión me la dio el vendedor de Microsoft, pero hasta hoy, después de instalarla, ningún cliente ha regresado para adquirir una licencia. Existe también la versión Starter, pero no es algo que recomiende, ya que no permite la conexión en red y eso no sirve de nada”. Finalmente, Julio dijo que le gustaría que los fabricantes bajaran los precios de tal manera que los usuarios finales optaran por comprar las versiones completas u originales y él como revendedor tuviera ganancia. “Al software no se le gana, ¿cuánto le puedes ganar a un producto costoso cuando el cliente no quiere o no puede pagar?”.
BSA: el problema es cultural, no de precio Kiyoshi Tsuru, responsable de la BSA (Business Software Alliance), entidad que vela por los intereses de los fabricantes de software, platicó y planteó la posición de la institución que representa en exclusiva con eSemanal. >> Alejandro Torres Durán
“Comparativamente, de enero a agosto de 2006 en relación con 2005 tenemos un volumen mucho más alto de acciones contra la piratería en todos los sentidos. Me atrevería a decir que las acciones han subido entre 20% y 40%, las cuales se extendieron geográficamente a entidades como Aguascalientes, San Luis Potosí, Jalisco y otros lugares donde no habíamos llegado”, explicó.
Diálogo y conciliación como argumentos Tsuru señaló que estas acciones han ayudado a que no aumente el índice de piratería, el cual se incrementaba dos puntos porcentuales cada año “y llevamos dos años en los que la piratería se ha mantenido estable en 65%. Entonces, vemos una relación entre nuestras acciones y que la piratería no aumente tan vertiginosamente”. El entrevistado explicó que los procedimientos que la BSA utiliza están relacionados con la negociación, el diálogo y la conciliación, “tenemos instancias en Indautor, juntas de avenencia con el IMPI (Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual), procedimientos administrativos de infracción. Nuestra herramienta más recurrente es la comunicación y la educación. Nos hemos dado cuenta de que la piratería es un problema cultural y lo estamos atacando a largo plazo”, explicó.
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Zacarías
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