Premio al ingenio mexicano

Con el fin de llevar a cabo acciones de vinculación entre el sector educativo y el productivo, Toshiba y el Instituto Politécnico (IPN) a través del Centro de Difusión de Ciencia y Tecnología (CEDICyT), otorgaron los premios a los ganadores del Primer Concurso Toshiba-IPN sobre Semiconductores y sus Aplicaciones Directas en el que participaron alumnos, profesores e investigadores del IPN, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (CINVESTAV) y sus unidades académicas.

El proyecto “Pozos cuánticos ultra delgados de semiconductores II-IV con emisión del rojo al azul para aplicaciones optoeléctricas”, que desarrolló el grupo de Nanoestructuras Semiconductoras del Departamento de Física del CINVESTAV, encabezado por el doctor Isaac Hernández Calderón, fue el merecedor del primer lugar, premio que consistió en un viaje a las instalaciones de investigación y desarrollo de Toshiba en Japón.
El segundo lugar fue para el grupo de Física de Estado Sólido de la Escuela Superior de Física y Matemáticas dirigido por el doctor Jaime Ortiz López con su proyecto: “Síntesis de nanotubos de carbón mediante descarga eléctrica de hidrógeno”, que ganó una computadora personal.
De forma adicional, el jurado decidió otorgar una Mención honorífica al proyecto del estudiante de ingeniería en comunicaciones y electrónica de la ESIME-Zacatenco, Edgar Augusto Gallegos por su trabajo: “Circuito integrado con censor de inclinación de mercurio”.
El concurso dio inicio en marzo de 2003 con la formación del Comité Organizador que se integró por personal de Toshiba, elementos del CEDICyT e investigadores del IPN así como expertos sobre el tema de semiconductores para sumarse a estos trabajos. De la misma manera el comité eligió al jurado calificador, el cual estuvo conformado por especialistas, investigadores y académicos, todos presididos por el doctor Arturo Escobosa.
Durante el mes de abril del mismo año Toshiba y el IPN lanzaron la convocatoria que se difundió en todos los centros y escuelas del Instituto; para el mes de agosto terminó la primera etapa, donde se seleccionaron los diez trabajos finalistas que fueron enviados al grupo especial para su respectivo estudio.
Cabe mencionar que la empresa japonesa no pretende convertirse en el propietario de los proyectos, pues desea respetar la autoría de los mismos. Con ello concluyó un año de relaciones académicas de vinculación con el IPN, esto sin contar la donación de equipo de cómputo y la realización de las Cátedras Toshiba dirigidas a la comunidad del IPN e impartidas por especialistas en tecnología provenientes de Japón.