El comercio electrónico es un nicho en crecimiento, que puede ser aprovechado, ya sea para llegar a nuevos mercados o generar negocios de valor agregado.
De acuerdo con diversos estudios, el comercio electrónico registra un crecimiento sostenido en México durante los últimos años, las principales áreas de negocio son: sector turismo, cómputo y telefonía celular.
Este panorama representa una serie de retos para las empresas nacionales, entre ellas los canales de distribución, pero también es una oportunidad de reducir costos, incrementar productividad y generar mayores ganancias.
Referente histórico
En un principio se definía como comercio electrónico, o e-commerce, a todas aquellas actividades de transacciones de bienes que se hacían a través de redes de telecomunicación como telefonía, fax e incluso televisión. Con la consolidación de Internet, el término cambio para referirse a cualquier transacción que se lleve a cabo a través de esta red, sin importar la plataforma o dispositivo, ya sea una computadora de escritorio o cualquier equipo móvil, teléfonos inteligentes, laptops o tabletas.
Para Manuel Tamez, vicepresidente ejecutivo de la Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI), este crecimiento se debe a la madurez del mercado, ya que los proveedores han conformado ofertas y estrategias consistentes mientras que los consumidores finales han asimilado la compra a través de estas plataformas.
Una red de negocio confiable
La falta de certeza por parte del usuario, ya sea al compartir números confidenciales o por la correcta entrega de sus productos, representa uno de los principales frenos para el comercio digital en México.
En ese sentido ya existen algunos organismos reguladores que agrupan a empresas de la industria, certifican, proponen formatos y procesos estándares al respecto, tanto para reducir el riesgo como para divulgar los beneficios del e-commerce.
En el caso de AMIPCI, dispone de sellos de confianza, que consisten en una revisión de procesos e infraestructuras de seguridad, confidencialidad y gestión de datos financieros.
“Las empresas que obtienen el sello de garantía, tienen el respaldo de la asociación para avalar que su oferta dispone de infraestructuras seguras y mejores prácticas para hacer transacciones en línea; a pesar de que la certificación implica un costo los beneficios son mayores en términos de confiabilidad y mejora de reputación”, destacó Tamez.
Si bien, en un principio el área de servicios tuvo mayor aceptación, debido a que no requerían de procesos de logística y envío, actualmente el estudio de e-commerce de AMIPCI señala un crecimiento en la compra de productos, esto demuestra el aumento de confianza del usuario.
