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Innovar con TIC en la administración pública

De acuerdo con la analista Susana E. Espinosa Cruz, de la firma consultora Select, en el marco de la situación competitiva que vive el país, a nivel mundial, el sector público se con vierte en un actor y promotor fundamental para detonar esta. Sin embargo, enfrenta importantes retos que debe vislumbrar para poder alcanzar sus objetivos planteados.
1. ¿Cuáles son las barreras que impiden el desarrollo del sector público? El desarrollo de México se encuentra enmarcado en una serie de circunstancia que, de alguna forma, le definen el rumbo a seguir para los próximos años. En el plano económico, si bien México ha presentado avances, aún enfrenta el reto de hacer crecer la economía, al menos entre 5% y 7% anual, para poder generar el millón y medio de empleos requeridos para dar trabajo a los mexicanos que recién se incorporan a la planta productiva así como a aquellos resagados. En el contexto político, la división de fuerzas, tanto en el congreso como de los diferentes niveles de poder (federal-estatal/ejecutivo-legislativo) marcaron el inicio de una etapa retada por el alto nivel de acuerdos requeridos para hacer que las cosas sucedan en el país. En el marco de lo social, México es un país con un PIB per Capíta que apenas alcanza los $7,115 dólares anuales y que se encuentra entre aquellos con mayores índices de desigualdad, de acuerdo a datos publicados por Naciones Unidas (índice Gini).

 

De igual forma, México se ubica cada vez en una posición menos competitiva a nivel mundial, situación que se atribuye a la debilidad de diferentes factores críticos para impulsarla. Según datos extraídos del estudio elaborado por AMITI-CANIETI-FMD, Visión 2020, los principales detonadores de la competitividad están concentrados en el desarrollo de cuatro elementos: Gobiernos eficientes, Relaciones Internacionales Productivas, Sistema de Derecho Confiable y objetivo y Sociedad Incluyente Preparada y Sana.

 

La inminente debilidad de estos elementos, en el contexto actual en el cual se desarrolla el país, motivó al gobierno entrante (2006-2012) a generar 3 estrategias (fortalecer la seguridad, generar empleos y disminuir la pobreza) y 5 ejes de acción (estado de derecho / economía competitiva que genere empleos / igualdad de oportunidades / desarrollo sustentable / democracia efectiva y política exterior responsable) encaminados a originar un proceso de mejora continua para poder detonar la competitividad del país.

 

2. ¿Qué innovaciones y soluciones TIC se requieren en el sector público para hacerlo crecer?

 

Toda la literatura que habla de competitividad, menciona que la generación del proceso de mejora continua para lograr esta, está basado en la innovación. Innovar genera productividad y la productividad se traduce en competitividad. Así, la innovación se convierte en el motor de la competitividad, la cual se traduce en bienestar para la población.

 

Innovar no es otra cosa más que un proceso para diferenciarse y generar valor. La OECD, define la innovación como los pasos (científicos, técnicos, comerciales y/o financieros) distintos a IDE (investigación y desarrollo experimental), que son necesarios para implementar nuevos o mejorados productos, servicios y/o procesos; mientras que Shumpeter, ya desde 1939, hablaba de la innovación como el corazón del progreso económico de cualquier país.

 

Existe evidencia que indica cómo es que el gasto en innovación de un país, se traduce en incrementos en el PIB per cápita de los habitantes de estos. El gasto en IDE de México, como % del PIB, representa apenas 0.4%, lo cual se traduce en un PIB per cápita de alrededor de $7,000 dólares anuales. Por el contrario, en países como EUA, Japón o Corea, donde el gasto en IDE alcanza 3% de su PIB; el PIB per cápita supera los $35,000 dólares anuales por individuo. Esta situación nos indica una relación estrecha entre la inversión que los países hacen en innovación y sus niveles de bienestar social.

 

Sin embargo, pensar en innovación parecería una materia alejada de cualquiera de nosotros, pero no es así. Innovar no es sólo cuestión de los laboratorios científicos; porque el propósito ulterior de la innovación es generar valor agregado para detonar la productividad y a su vez, la competitividad. La innovación es y debe ser una actividad cotidiana de las personas, empresas, las organizaciones y los gobiernos en el país. La innovación la podemos ver en cualquier parte y la podemos desarrollar en cualquier momento porque lo único que significa innovar es que se adopten nuevas y mejores prácticas, se desarrollen mercados, productos y procesos, se estimulen negocios y organizaciones, en si, se instrumente algo nuevo, ya sea, para el área, la empresa, la organización, la región o el país.

 

El gasto en materia de TIC que ejerce el sector público en México, se estima que ascienda a $4,300 millones de dólares para este 2007, de los cuales, el 25% representa un gasto asociado a productos tecnológicos relacionados con innovación.

 

En este sentido, las innovaciones y soluciones tecnológicas que se requieren para desarrollar el sector público, están alineadas con el desarrollo de las 3 estrategias del gobierno actual. Por ejemplo, en el caso del combate a la delincuencia, como proyecto de mayor relevancia para poder lograr el fortalecimiento de la seguridad pública en el país, la organización y comunicación de entidades paraestatales, dependencias públicas y gobiernos de los tres niveles es la base de este tópico, el cual, requiere de soluciones tecnológicas que demandan integración y colaboración, bases de datos, digitalización de documentos, soluciones de conectividad y acceso a la red, Business Intelligence, GIS y CRM por citar algunas.

 

La siguiente tabla describe los proyectos, dependencias y soluciones en materia de TIC que posibilitarían el avance del sector gobierno en materia de innovación para las diferentes dependencias.

 

  

3. ¿Qué transformaciones organizacionales y prácticas gerenciales son fundamentales para detonar la innovación?

 

Invertir en TIC no significa, necesariamente, innovar. No basta con destinar un presupuesto a TIC, porque, aun más importante que estas, son las prácticas gerenciales y las transformaciones organizacionales.

 

El estudio elaborado por Select, denominado Adopción de mejores prácticas organizacionales y TIC para incrementar la productividad, presenta evidencia que refuerza esta idea, en la cual se muestra que aquellas instituciones de gobierno que han invertido en TIC pero que no lo han hecho en adopción de mejores prácticas (ángulo inferior derecho de la siguiente gráfica), presentan un avance menor que el de aquellas que han invertido más en las prácticas que en TIC (ángulo superior izquierdo de la siguiente gráfica)

 

En este sentido, ¿cuáles son las mejores prácticas que debería estar adoptando el sector público para detonar un proceso de mejora continua en este que se traduzca, en última instancia, en bienestar para los ciudadanos y habitantes del país?

 

De manera general, estaríamos hablando de mejorar la entrega de productos y servicios, de optimizar los recursos y procesos al interior del sector, de reducir costos, de un cambio organizacional que vaya acompañado de transparencia y rendición de cuentas que posibiliten el incremento de la confianza del ciudadano así como una mayor participación. De igual forma, el sector público debe ser un actor que genere una visión de país, que sea promotor y generador de oportunidades, incremente la productividad del sector, promueva mejores prácticas y gestione políticas y programas de manera efectiva y eficiente; todo esto, con el propósito último de generar las condiciones básicas para el desarrollo continuo de la población, garantizando las mejores condiciones de vida para todos.

 

La tabla que a continuación se presenta, muestra algunas mejores prácticas que se deberían estar realizando para que el efecto de la adquisición tecnológica reditúe en mayores beneficios:

 

 

4. Reflexiones finales

 

A manera de reflexión final, podemos decir que el crecimiento económico de un país está asociado a la competitividad del mismo. La innovación es ese factor crítico que habilita la competitividad.

 

Innovar debe ser una práctica cotidiana de los individuos, las empresas, las organizaciones y el gobierno.

 

El gobierno, en su rol de actor y gestor de la competitividad, debe convertirse en promotor de la innovación en todos los niveles: productos, servicios, procesos, mercados, negocios y organizaciones.

 

Las TIC son herramientas que habilitan la innovación si, y sólo si, están acompañadas de mejoras organizacionales.

 

Generar un proceso virtuoso, de mejora continua, es el único camino para hacer crecer al país, siempre y cuando se sumen TIC, prácticas gerenciales e innovación.

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