Columnas

¿Hacia dónde llevamos a México?

Actualmente es común ver cómo las propuestas de otros países invaden nuestros mercado. Una razón de peso podría ser que en México la lucha por lo que se quiere es individualista, por ello no se alcanzan los logros en el nivel y forma óptimos.

Hace unos días tuve la oportunidad de presenciar un discurso del ex secretario de Relaciones Exteriores, Jorge Castañeda, en las instalaciones del campus sur de la Universidad Tecnológica de México; se expuso la situación política, económica y social del país haciendo especial énfasis en la visión de uno de los personajes más preparados de la “escena política” nacional.
Para mí representó una gran experiencia escuchar a Castañeda preocupado y ocupado por el presente y el futuro del país, aunque, dicho sea de paso, solamente él sabe cuáles son sus verdaderas intenciones políticas al recorrer 300 universidades a lo largo y ancho de la República en un año.
Lo que me gustaría compartir con ustedes, amables lectores, son las conclusiones a las que llegué tiempo después de abandonar la sala en la que se llevó a cabo el evento:
1.- Cada día que pasa me convenzo más de que “los países tienen los gobiernos que se merecen”. En el momento en el que los ciudadanos comencemos a hacer algo por nosotros mismos, se dará un cambio real en el país.
Un ejemplo: los alemanes de la posguerra, trabajaban jornadas de ocho horas diarias para poder conseguir un sustento para sus familias; pero le dedicaban dos horas de trabajo adicional a levantar el cascajo de los edificios en ruinas, limpiar las calles, cargar bultos de cemento para reconstruir sus ciudades, entre otras actividades. Si ese país hubiera sido México, los mexicanos nos hubiéramos quedado sentados esperando a que el ejército y el gobierno limpiaran y reconstruyeran todo.
2.- No sé si alguno de ustedes se haya puesto a pensar en quién será el patrón de sus hijos o nietos cuando trabajen. En México tenemos la idea (aunque no la queramos ver ni aceptar) de un patrón que sustituye a nuestro maestro de escuela y, este a su vez, a nuestros padres.
Creemos que el jefe ocupa ese lugar de jerarquía porque se lo ganó, porque sabe mucho y porque tiene don de mando. Error. El patrón es patrón porque supo como pisotear a los demás para llegar a sus objetivos, es el que usó todas las formas chuecas y derechas para ocupar el lugar de otro que se debilitó ante sus argucias, el que manda es aquel que quiere esforzarse menos a la hora de trabajar y a quien le encanta colgarse las medallas por el trabajo y el esfuerzo ajeno.
3.- ¿Ha tenido la oportunidad de preguntarle a un joven entre 15 y 25 años qué quiere hacer con su vida? Las respuestas giran en torno a empresas, grandes puestos, sueldos irreales, vacaciones y autos de lujo. Ninguno responde pensando en familia, seguridad social, mejores oportunidades para todos, igualdad de derechos, etcétera. El principal objetivo de vida de los jóvenes de hoy es el dinero. Lo triste, es que para conseguirlo, son capaces de hacer lo que sea, en contra de quien sea.
Amigo lector, prepárese para comenzar a leer en las etiquetas de los productos que se venden en México: Made in Brasil, made in La India y/o made in Rusia (al made in China, ya estamos acostumbrados). En estos países, mucho más poblados que el nuestro, ya remplazaron la forma individual por el bien común. Comenzaron a actuar juntos a nivel político y ciudadano para alcanzar el progreso de sus países. Los partidos políticos y los congresos dejaron de pelearse entre sí buscando su propio bienestar, para lograr acuerdos que beneficien a la mayoría.
En México, seguimos esperando a que “la Gracia Divina” ilumine a los demás para que hagan el trabajo que a nosotros mismos nos corresponde hacer.
Saludos y, ¡hasta la próxima!

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