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El Valle del Silicio mexicano

Las empresas ubicadas en el clúster de la electrónica de Jalisco entendieron bien la lección de la crisis y hoy viven plenamente un proceso de reconversión de modelos.

El inicio de un milagro

Desde 1998 y de manera más concreta en el 2000, los industriales de la electrónica de Jalisco se dieron cuenta de que la amenaza china se convertía cada vez más en una realidad.

 

El sector comenzó a sentir “pasos en la azotea” e inició la búsqueda de nuevas estrategias que ayudaran a enfrentar la competencia.

 

Un grupo pequeño de personas, entre las que se encontraban Federico Lepe, Alfonso Alva, Eugenio Godard y Federico Medina, cada uno de ellos con experiencia y conocimientos por los cargos directivos que ocupaban en algunas de las compañías e instituciones académicas que integraban el clúster de Jalisco, propusieron dejar de competir con China por mano de obra barata, sino encontrar nichos de mercado y enfocarse en éstos ante lo que se preveía como una estampida de líneas de producción hacia el país asiático.

 

Contrario a lo que se pudiera pensar, la idea no recibió apoyo de muchos porque el modelo de ese entonces era muy exitoso, pero hizo eco en la mente de los empresarios, cuenta el propio Federico Medina, actual director general del Coecytjal.

 

El funcionario recordó que en el congreso de Canieti de 2001, ya no se dudaba de la reconversión de modelos de negocio y ya como sector y como clúster empezaron a tomar cartas en el asunto sin el apoyo del gobierno federal y la academia.

 

El Coecytjal, apuntó, estaba recién creado y fue la única organización académica que apoyó a la industria y en el 2001 realizó el Diagnóstico Tecnológico del Estado y formula la Política Jalisciense de TI, Microelectrónica y Multimedia (Timemu).

 

Fue el peor año para la industria de manufactura electrónica de Jalisco y, como describió Medina, “tocó fondo”. “La crisis duró un año pero de ahí salió la industria jalisciense más fortalecida que nunca y con una amplia posición de liderazgo que mantiene hasta hoy”, comentó.

 

Mientras que en el sector de TI, relató, desde finales de los 90 IBM había iniciado un nuevo negocio basado en el desarrollo de software: “Empezaron dando servicio a la propia IBM en todo el mundo, pero después tomaron el modelo no sólo para  producir productos sino también soluciones”.

 

Al margen de las exportaciones de manufactura electrónica, el sector de TI exclusivamente representa para Jalisco al menos 1.5% de su PIB con una facturación que este año superará 600 millones de dólares en menos de 3 años.

 

“Quizá 1.5% no parezca mucho, pero toda la industria de la construcción, en el sexenio que significó el mayor programa de vivienda de la historia de México, apenas alcanzó poco más del 3% del PIB jalisciense.

 

“No existe en toda Latinoamérica, otro caso de éxito similar al de Jalisco. Crear, prácticamente de cero, una nueva industria y alcanzar en tres años el 1.4% del PIB para luego rebasarlo, es la esencia del milagro mexicano en Guadalajara que ha documentado la CEPAL”, indicó Medina.

 

El Coecytjal, por su parte, empezó a implantar la política jalisciense del Timemu con proyectos muy específicos dirigidos a seis nichos de mercado y enfocada a preparar el capital humano requerido por la naciente industria.

 

Ya con el Prosoft, dijo, el valle de la manufactura electrónica se empieza a convertir en un verdadero Valle del Silicio: “Si bien es cierto que no elaboramos chips, sí somos por mucho el centro de diseño de semiconductores más importante de Latinoamérica”, externó.

 

Las predicciones de Medina son, siempre y cuando se mantengan el ritmo actual, para el 2010 el bloque del Timemu debe representar 2,500 millones de dólares de facturación para Jalisco.

 

“Hemos sido escrupulosamente consistentes y somos el único estado que cuenta con una política como Timemu y con la colaboración de la iniciativa privada; además sabemos con precisión hacia dónde vamos y diseñamos los instrumentos de política pública para hacerlo”, comentó.

 

Para seguir creciendo, señaló, cuentan con ventajas importantes como las empresas ancla y multinacionales comprometidas con el desarrollo de la región; además de que han sabido amalgamar a las pequeñas y medianas del estado en proyectos como Aportia, la primera integradora de software en el país.

 

“En Jalisco estamos obsesionados con el valor agregado y nos hemos concentrado en como incrementarlo. Valor agregado es tecnología, mente de obra y utilidades que se reinvierten e impuestos que se pagan”, manifestó.

Cuando se habla del Valle del Silicio mexicano, el pensamiento inmediatamente remite a Jalisco y su capital. Impulsado por el boom de la manufactura electrónica, en su momento, éste fue un buen modelo de negocios para promocionarlo dentro y fuera del país; sin embargo, hoy las cosas son muy diferentes en dicho enclave tecnológico, donde las compañías han replanteando conceptos y estrategias a seguir.

 

La baja en la demanda en el sector de tecnología, ocasionada por la desaceleración económica de Estados Unidos, la pérdida de competitividad frente a otras regiones y una capacidad de manufactura de calidad mundial desaprovechada ocasionaron que durante 2001 muchas empresas tuvieran que reducir o mudar sus operaciones.

 

En medio de esa crisis, los industriales del sector se encontraron frente a la disyuntiva de renovarse o morir. La opción elegida fue la segunda, con lo que se dio inicio a un proceso de reconversión de modelos de negocio hacia el valor agregado y proyectos más complejos.

 

Cronológicamente, 2003 fue el peor año para el llamado Valle del Silicio mexicano. Las exportaciones cayeron 25%: cerraron con 7 mil 872 millones de dólares. Además de sufrir caídas en la tasa de crecimiento y de ser un clúster que en 2000 dio empleo a 42 mil 600 trabajadores, se achicó y en 2003 sólo tenía 25 mil 487 empleados con seguridad social.

 

Gracias a la reconversión emprendida en 2001 y 2002, comentó Francisco Medina, director general del Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología de Jalisco (Coecytjal), la industria manufacturera de la electrónica recuperó en 2004 los niveles de facturación y exportaciones reportados durante 2001 y ya para 2005 batió sus propios récords cuando sumó, sólo en el rubro de exportaciones, 11 mil 275 millones de dólares, 7% más que hace cuatro años.

 

A partir de 1998, recordó el especialista, en la industria de la manufactura electrónica se dieron cuenta que la amenaza china era una realidad cada vez más cercana y ante lo que sería una estampida de líneas de producción hacia el país asiático, valía más enfocarse en nichos de mercado específicos.

 

Foco en fabricación de TIC

Para sobrevivir coincidieron en que la estrategia no debía ser competir por la maquila de radiolocalizadores, teléfonos celulares, teléfonos inalámbricos, computadoras, impresoras y otros productos de consumo de alto volumen y baja complejidad.

 

El nuevo modelo de negocio se dirigió a la especialización en nichos de bajo volumen, alta tecnología y con mayor valor agregado en los servicios.

 

“El mérito de todo esto fue que la propia industria se dio cuenta de las amenazas, aun en pleno boom de la manufactura, con gigantescas inversiones en la zona metropolitana de Guadalajara y con la creación multitudinaria de empleos de 1998 al 2000. Estrictamente hablando la crisis duró un año y de ahí la industria jalisciense salió más fortalecida que nunca y con una amplia posición de liderazgo que mantiene hasta hoy”, mencionó Medina.

 

Unas más avanzadas que otras, las empresas apuestan y enfrentan con madurez el replanteamiento de su modelo de negocios y exploran nuevos nichos de mercado, al encontrar oportunidades en los sectores automotriz, aeroespacial, médico, high end networking y computación, la infraestructura de telecomunicaciones, los sistemas electrónicos para equipo industrial, así como en diseño de hardware y software.

 

De acuerdo con Jacobo González, gerente general de la Cadena Productiva de la Electrónica (Cadelec), el área de telecomunicaciones avanza fuertemente en Guadalajara con la fabricación de dispositivos como ruteadores, módems y servidores destinados a la infraestructura, y cuyos clientes principales son los grandes carriers y centrales telefónicas que operan en México.

 

Gran parte de estos proyectos, dijo González, están llegando porque son áreas que crecen; incluso, desplazan a otras que en años anteriores ocuparon un sitio destacado y que dieron a conocer a Guadalajara en México y fuera del país como un centro importante de tecnología.

 

En esta situación, prosiguió, se encuentra el segmento de computación, pues aunque continúa produciendo computadoras, periféricos y componentes, también ha tenido que diversificar sus operaciones hacia la integración de equipos de alto y medio rango: servidores, supercomputadoras y sistemas de almacenamiento, entre otros, con la finalidad de entrar al proceso de reconversión.

 

Otra de las apuestas consiste en el ensamble de productos configurados a petición del cliente, así como la manufactura de próximos lanzamientos con el fin de proteger los derechos de propiedad intelectual y retrasar lo más posible el copiado ilegal; ventajas que no se pueden conseguir en China, consideró el funcionario.

 

El cambio de modelo, apuntó, ya no basa sus fortalezas en el bajo costo de producción ni en mano de obra barata, sino en la capacidad de un clúster de compañías que brindan a sus clientes alta calidad: “Estamos generando mayor valor agregado y nos hemos movido hacia productos que son más complejos de ensamblar y que requieren de mayor manufactura; nosotros la llamamos ‘manufactura avanzada’, lo cual implica mayor calidad y México ha hecho bien su tarea en ese plano”, opinó.

 

Dinamismo económico

Como muestra de los niveles de competitividad de Jalisco, el gerente general de Cadelec refirió que de enero a junio de este año las inversiones de la industria local han sido de 120 millones de dólares, destinados sobre todo a la manufactura electrónica.

 

Otro indicador es la llegada de nuevas empresas al área de ensamble y tecnología, que en conjunto con las firmas ya instaladas en el clúster generan 60 mil empleos en Guadalajara; tan sólo este año se han generado más de 3 mil 500.

 

En cuanto a exportaciones, los datos indican que se incrementaron 28% y el año pasado el sector registró ventas al exterior por 9 mil 709 millones de dólares.

 

Muchos de los nuevos proyectos provienen de Estados Unidos y Canadá, refirió González; pues una de las ventajas competitivas de la región es su ubicación geográfica con el principal mercado del mundo. En 18 horas los proveedores pueden llegar a la frontera y entregar rápida y oportunamente los productos; en China tardarían de cuatro a cinco semanas por barco y siete días por vía área, a un alto costo.

 

Además, al compartir el mismo horario con los centros de diseño de software estadounidense, las plantas de Guadalajara pueden realizar cualquier cambio de ingeniería casi de inmediato. Asimismo, las facilidades de logística y manejo de inventarios, costos más bajos e idioma son puntos a favor de la región.

 

De hecho, en mancuerna con la Secretaría de Promoción Económica (Seproe), Cadelec y otros organismos del sector participan en diferentes giras por Estados Unidos, Europa y Asia, con el objetivo de atraer nuevos proyectos, para la cual  promueven beneficios como incentivos para la capacitación y desarrollo de proveedores, además de dar a conocer los requisitos y trámites legales que deben cumplirse.

 

Más allá de esto, indicó González, uno de los mensajes centrales que buscan dejar en el exterior tiene que ver con la reconversión del clúster jalisciense. Si primero fue la fabricación de productos de consumo masivo y ahora es la consolidación de esquemas de mayor valor agregado, a futuro se planea la incursión en nichos que demandan procesos más complejos como el médico, aeroespacial, farmacéutico y multimedia. Con la naciente industria del diseño de software y hardware y los centros de diseño para subcontratistas de manufactura y fabricantes de equipo original se pretende atraer nuevas marcas y proyectos para esos sectores.

 

En la opinión de González, hoy la industria electrónica de Jalisco ha entrado a sectores que anteriormente eran propios de países como Estados Unidos, donde están asentados los grandes corporativos de la electrónica; pero el haber transformado a este sector también trajo retos importantes: la necesidad de mano de obra más calificada y la capacidad de generarla a mayor velocidad, además de la presencia de una cadena local de proveedores.

La colaboración entre la industria y el gobierno ha comenzado a aportar las primeras acciones dirigidas a resolver esas problemáticas a través de programas específicos de capacitación y especialización de los recursos humanos en las áreas de manufactura y diseño de productos; este trabajo implica traer expertos de otros países o enviar equipos completos de personas al extranjero.

 

Por otra parte, la presencia de grandes compañías ha ayudado a desarrollar una base de proveedores que en la actualidad cuenta con 280 empresas que brindan servicios en distintos segmentos de la industria. Incluso, señaló González, estos negocios también se han visto obligados a modificar su esquema con el objetivo de hacerlo más eficiente y competitivo, introduciendo mejoras en su infraestructura, logística y tiempos de entrega. “Ahora vemos modelos más flexibles que siguen atendiendo clientes de bajo y alto volumen”, indicó el gerente general de Cadelec.

 

Alto impacto en los negocios

No obstante el saldo positivo mostrado en los últimos años por la industria electrónica de Jalisco, Pedro Ávalos, presidente de la sede Occidente de la Cámara Nacional de la Industria Electrónica, de Telecomunicaciones e Informática (Canieti), opina que todavía no es momento para echar campanas al vuelo, pues la competencia entre los países será cada vez más agresiva y sólo la capacidad de crear productos con más valor agregado permitirá un blindaje de la industria.

 

Desde la perspectiva del funcionario, la manufactura seguirá jugando un rol estelar en función de su importancia como generadora de empleos y exportaciones, pero ahora compartirá créditos con otros actores de las tecnologías de la información y comunicaciones (TIC) para poder diversificar las oportunidades para la región.

 

Hoy en día, la composición del llamado Valle del Silicio mexicano es única: está integrado por más de 500 empresas, contando a las compañías de software, proveeduría y servicios, manifestó Ávalos.

 

El tejido grueso del clúster lo integran ensambladores de equipo original (OEM, por siglas en inglés) con firmas como HP, IBM y Siemens, y empresas grandes dedicadas a la manufactura de productos por contrato; de éstas destacan Jabil Circuit, Sanmina-SCI y Solectron, entre otras.

 

Esa es la parte que hace nacer la electrónica en Jalisco y a raíz de esta integración empieza a desarrollarse una cadena productiva en diferentes tecnologías con proveedores de partes plásticas, metálicas, subensambles, semiconductores, equipos y componentes de computación. Sin embargo, al pasar el tiempo, las empresas comienzan a migrar sus modelos hacia esquemas de mayor valor agregado que les permitan diversificar sus operaciones.

 

Actualmente, subrayó Ávalos, en el estado conviven esos dos grandes bloques que empiezan a consolidar tejidos más finos e interesantes dentro de la industria; por ejemplo, la presencia de 28 casas de diseño electrónico aparte de los centros de diseño e investigación establecidos por empresas como Intel, Freescale y Siemens.

 

Algo similar sucede con el desarrollo de software, pues refirió que en los últimos dos años pequeñas y medianas empresas del estado comienzan a destacar en esta actividad por méritos propios atendiendo nichos de mercado muy específicos; y en un nivel más alto, la primera compañía que abrió brecha fue IBM al instalar aquí su laboratorio de desarrollo de software en 1990 con 10 programadores; a la fecha emplea a cuatro mil profesionistas en diversas áreas del desarrollo de software y comercializa servicios dentro y fuera del país.

 

Siemens es otra historia de impacto, cuyo centro de diseño de electrónica para el sector automotriz da trabajo a cerca de 200 personas y comparte espacio con la planta de manufactura.

 

Ahora se impulsa otro tipo de proyectos, como el Centro de Desarrollo de Software de Plaza del Ángel y el Parque de Software y Alta Tecnología, que se contempla en la ribera del lago de Chapala.

 

“El hecho es que aquí se pueda desarrollar software y si seguimos como vamos en los próximos años podremos jugar fuerte a nivel mundial”, aseguró.

En la opinión del funcionario, calidad de productos y especialización de recursos humanos son los elementos necesarios para potenciar la industria de desarrollo de software. En calidad, el presidente de la sede de la Canieti, señaló que varias empresas están en camino de certificar sus procesos de desarrollo; lo cual les dará mayor solidez para atraer clientes; adicionalmente se promueven esfuerzos para acelerar los procesos empresariales de algunas propuestas surgidas de las incubadoras de software universitarias.

 

El propósito de la Canieti, añadió, consiste en llevar estos proyectos a centros o parques de software con la finalidad de hacerlos crecer y convertirlos en pequeñas o medianas empresas que den atención a diferentes mercados.

 

Por el lado de los recursos humanos, Ávalos indicó que aprovecharán las ventajas de concentrar 18 instituciones universitarias federales y regionales cuyas diferentes especializaciones en ingeniería pueden aportar capital humano calificado.

“Unos podrán decir que el cambio de modelos fue una planeación estratégica, lo cierto es que obedeció más a la necesidad. En el 2001 la industria electrónica se vio afectada fuertemente por el declive económico y los sucesos terroristas del l1 de septiembre. Todo esto aceleró los procesos de un proyecto que ya se venía trabajando. La crisis en Jalisco permitió ver las cosas de manera diferente y fomentar el cambio que hoy vivimos para poder satisfacer al cliente y seguir haciendo negocios”, opinó.

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