Por Héctor Silva, CTO para Latinoamérica, Ciena:
Estamos entrando a una era completamente nueva, gracias a la introducción de plataformas definidas por software que permiten a las redes predecir y atender los retos de conectividad y capacidad según van surgiendo. Estas plataformas cambian la forma en que las redes ópticas se diseñan, operan y monetizan. Sacan provecho y utilizan el margen de sistema disponible (una variable cambiante a lo largo de la vida de la red ) para obtener capacidad óptica bajo demanda, mejorar el alcance de un canal especifico o aumentar la disponibilidad del servicio.
La red autónoma, un rompecabezas con años de trabajo
Aunque este tipo de plataforma apenas ha surgido hasta ahora, el concepto de una red óptica programable y definida por software lleva años en preparación. De hecho, muchas de las innovaciones más importantes a nivel productos y tecnologías que hemos tenido en años recientes, han sido piezas de un rompecabezas dentro de estas soluciones más amplias.
Estos distintos elementos se pueden agrupar en dos categorías generales: hardware programable y software avanzado. El software abstrae la complejidad asociada con tecnologías flexibles y con la ingeniería de enlaces ópticos, de tal forma que los operadores puedan implementar las tecnologías de última generación y utilizar sus redes de una manera más dinámica.
Todos estos factores se combinan para simplificar drásticamente la manera en que se diseñan, construyen y operan las redes ópticas, y esto a su vez permite que los sistemas que son escalables, abiertos y programables, cumplan con las exigencias actuales de ancho de banda para ofrecer el rendimiento de servicio en cualquier momento.
Consistencia para una región en transformación
Las capacidades anteriores ya son una exigencia en el entorno de hoy. Es imposible predecir el impacto que tendrán en la red aquellas aplicaciones que ni siquiera se han inventado, ni los miles de millones de dispositivos que faltan por conectar en nuestra región.
También es cierto que aún no podemos visualizar los patrones de tráfico que surgen de aplicaciones ya sean de realidad virtual o aumentada, como tampoco conocemos todas las implicaciones de una evolución hacia 5G, pero lo que bien es cierto en las redes actuales, es que la demanda por ancho de banda en cualquier localidad es dinámica y fluida, e irá transformándose a medida que nuevos dispositivos o aplicaciones vayan penetrando el mercado.
Otro factor fundamental en nuestra región son las condiciones en que se encuentran las plantas de fibra, donde la modernización gradual de los tipos de fibras, las reparaciones después de los cortes de fibra y las condiciones desafiantes agregan otra dimensión, y donde el software de avanzada y el hardware programable les dan a los operadores una gran ventaja para maximizar los recursos según las condiciones particulares de sus redes.
En lo que respecta a conectividad, América Latina está teniendo un rápido crecimiento y la red no solamente se debe escalar para el aumento masivo de capacidad, sino también para ser ágil, programable y manejar las necesidades de tráfico. Los operadores deben mejorar su infraestructura hacia redes autónomas sin agregar nuevos costos. Al parecer, estamos empezando a ver cómo el rompecabezas va tomando forma.