Que 20 años no son nada… en tecnología
Los 20 años de eSemanal son el pretexto idóneo para alejarme de la actividad laboral en este semanario: informar sobre el negocio de las TIC y dejar que mi punto de vista sea quien redacte.
La brecha digital me despierta varias inquietudes, pues en aquel 1992, la dinámica en la adopción tecnológica era diferente a la actual pero ya existía una.
Hoy, la vida cotidiana está “secuestrada” por dispositivos móviles y redes sociales; la política de un país toma a esta industria para resaltar y ganar adeptos y las diferencias siguen siendo enormes entre los que sí tienen acceso a Internet y los que no.
Tener la posibilidad de conectarse en “cualquier lugar” no significa que todos lo pueden hacer o les sirva hacerlo.
La brecha no se marca por el que posee o no un “smartphone” y navega en la red, ni porque se asegure que al reducirla, la economía interna tendrá un repunte o que la adopción en el corporativo y hasta la micro empresa significa crecimiento social.
Sin restar importancia y sabiendo que efectivamente, ayudaría a la economía romper la barrera entre ciudadanos, la idea de tener un gobierno digital con una sociedad digital, en una ciudad digital con hogares digitales, puede ser meramente eso: una idea.
Hay temas centrales como la educación en todos los niveles, diferencia entre las grandes potencias y los demás países.
En México, tenemos todavía “la cruda” de las elecciones presidenciales, donde en los discursos se habló de “computarizar” a todo el país, dar acceso a Internet y capacitar a profesores.
Pero, cómo aprende un niño sin bocado; cómo exigirle a un docente preparación cuando el sistema le permite lo contrario con un salario para medianamente sobrevivir; cómo saltar la barrera del idioma inglés con más de 50 millones de personas en la pobreza.
Y no es que las TICs sean la respuesta, pero sí pueden ser la herramienta que genere un cambio, si se presume que son el segmento con mayor crecimiento en el país.
Hasta dónde llega la responsabilidad de darles el poder que tanto se menciona, cada uno desde su trinchera o será que sólo son simples discursos de ventas.
La brecha siempre ha existido, el que tenía entonces Atari, Nintendo, Walkman y el que no; aquel que usaba telefonía celular o el que podía pagar una hora de Internet o quien tenía acceso a la red desde el hogar y el que puede mantener una línea celular con datos.
20 años en los que la evolución tecnológica es palpable y la social sigue rezagada. Cuando muchos de los usuarios que hoy compran y acceden a datos no saben sobre devaluaciones porque la edad les permite no recordar con claridad.
Las respuestas no las tengo, las dejaré para los siguientes dos decenios, los cuales, según analistas, son prometedores para México, total, 20 años no son nada… en tecnología.
