Larga vida a equipos de TIC con Prolicom
-La compañía se viste de manteles largos al cumplir tres décadas ofreciendo limpieza y mantenimiento a la industria
-Celebra con incentivos a sus distribuidores y reafirma su compromiso con el medio ambiente
El fabricante mexicano, que inició con la elaboración de una crema limpiadora y que hoy en día cuenta con una diversidad de productos de mantenimiento y limpieza para el segmento de cómputo y electrónica cumple 30 años, revalidando con ello, su liderazgo en el mercado mexicano y reafirmando su compromiso con quienes han dado vida al proyecto a lo largo de estos años: el canal de distribución.
Andrés Rodríguez, asesor general de Prolicom, comentó que el desarrollo de su portafolio se ha dado con base en las necesidades del mercado, focalizando hasta el momento 90% de su oferta al segmento de cómputo, mientras que el resto es destinado a la industria automotriz.
No obstante, subrayó que con el tiempo, los usos que se le han dado a los mismos rebasan el objetivo inicial por el que fueron creados, ampliándose a otros nichos como equipos médicos, científicos, electrónicos, eléctricos, consolas de videojuegos, equipos celulares, entre otros.
“El saber que somos líderes a nivel nacional me brinda una satisfacción tanto personal como profesional porque día a día el usuario, distribuidor y mayorista conformamos una relación comercial muy estrecha, donde desarrollamos negocios muy apetitosos”, declaró.
“Es un camino largo pues tres décadas de existencia se dicen fáciles, pero lograr la permanencia y el liderazgo es el verdadero reto” Andrés Rodríguez, asesor general de Prolicom
Los inicios de don Proli
El entrevistado narró que todo inició por un proyecto escolar cuando estudiaba la carrera de Química en la Universidad de Monterrey, cuyo tarea era fabricar un producto para remover la grasa de las manos de los mecánicos, la cual pese a desarrollarse de manera casera, se comercializó de forma local obteniendo gran éxito.
Cerca de seis meses después, Blamex, nombre que dio a la crema, fue aplicada por accidente a equipos como sumadoras, máquinas de escribir y teléfonos, dejándolos completamente limpios; fortuita coincidencia que generó la idea de mejorar el producto para destinarse a este uso.
A raíz de lo anterior, comenzó a distribuir a corporativos y grandes industrias, ya no sólo de Monterrey, sino también en estados vecinos.
