Columnas

Filtrando a nuestros colaboradores

Por Alejandro Sánchez


Hace ya tiempo que no tenía la oportunidad de compartir líneas con ustedes. ¿Qué les parece si iniciamos esta colaboración con un tema que nos ha tenido más que ocupados en la empresa, así como en mi vida personal?
Me refiero más ni menos al filtrado de contenidos Web. Hoy en día, Internet es una parte importante en la vida, ya sea en el ámbito laboral o social, y en algunos casos vital. A estas alturas del siglo XXI, pensar en una empresa que no tenga presencia en Internet nos genera desconfianza, incluso existen compañías que físicamente son de dos x dos metros, pero en Internet son grandes empresas y muy respetadas.
Hablando del ámbito laboral, tenemos un grave problema: permitir que mi empresa viva en Internet y mis colaboradores la utilicen como herramienta de productividad.
Veámos un caso real: una empresa nos llama para configurar algunos servicios de ruteo para que entre en funciones su cuarto enlace T1, nos dispusimos a hacer lo solicitado y al realizar un scaneo de la red, porque no vimos por ningún lado un filtrado de contenidos, notamos que del ancho de banda total, 80% estaba siendo utilizado para ver películas de todo tipo, escuchar estaciones de radio, bajar miles de cosas, utilizar mensajeros instantáneos con amigos, y los enlaces a las páginas verdaderamente importantes para la empresa, así como su correo, lento, lento, lento. ¿Saben para qué servirá ese cuarto enlace T1? ¡Claro! para bajar más rápido las películas.
Aunque soy, o intento ser, un promotor de la libertad de acceso a la Red, así como de la libertad de contenidos dentro de ella, creo que mientras no tengamos una verdadera cultura de utilización no queda más remedio que controlar lo que permitimos hacer con los recursos de TI de nuestras empresas y no solamente le hablo al CEO, director general o accionistas, sino a todo el personal de una organización que a final son nuestras empresas o así deberíamos de sentirla (las razones podemos exponerlas en otro artículo).
Entonces, mientras aprendemos a no abusar de los recursos, la única alternativa es filtrar el acceso a Internet y generar políticas de consumo internas, pero ¿cómo logramos esto?
1. Generar en papel políticas de uso de qué se puede hacer y no hacer con el acceso a Internet. Si no dejamos muy claro esto, los siguientes pasos sólo se convertirán en una carrera de ver quién puede más, el departamento de sistemas poniendo muros más altos o los demás, escaleras más altas para brincar esos muros.
2. Sistemas de control de acceso. No estoy hablando sólo de un firewall, que estoy seguro todo mundo tiene, tan seguro como que todos tienen sus respaldos al día y siempre listos.
3. Un sistema de filtrado de contenidos. Existen en el mercado muchas y muy diferentes marcas y cada quien evaluará su eficiencia y debería de utilizar  o recomendar la que mejor se integre a su red. Yo preferiré siempre una solución basada en software libre y en este caso squid es mi gallo.
En la próxima colaboración qué tal si analizamos qué debe de hacer y qué no hacer un buen manejador de contenidos, si sólo debe ser un filtro, si se debe saber cómo manejar todo eso que se pide a Internet desde nuestra  red.
Los dejo por el momento y sé que mis dos lectores estarán ya preparando los festejos de mi regreso; así que mamá, abuela ya voy a festejar.
Un saludo y no duden en mandarme sus comentarios.

El autor es director de Computación Gráfica de México (Compugraf), conferencista de software libre y GNU/Linux e integrante del Comité Consultivo de Linux World México.

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