Editorial

El costo de la tecnología

La época en la cual el consumidor compraba con base en el precio debería quedar en el pasado; no obstante, la labor de la industria para informar acerca del precio beneficio de los productos, sobre todo en el sentido de que los más caros no necesariamente ofrecen la mejor experiencia o productividad a los usuarios, éstos siguen comprando equipos con quien ofrece las mejores condiciones de bajo costo.

Aunque pareciera que los esquemas de crédito a meses sin intereses, los abonos "chiquitos", las cómodas mensualidades y montos diferidos o reembolsos por pronto pago con tarjeta hacen más barato el producto, al hacer la suma se observa que el precio no bajó; al contrario, se termina desembolsando más del valor real de un producto.

A pesar de los esfuerzos que realizan los proveedores de la tecnología, como Microsoft que, para hacer más accesible el sistema operativo Windows, bajó el precio de la media hacia los integradores locales de PC, o la iniciativa de incluir el software preinstalado en computadoras de marcas locales e internacionales, los ganadores no son los distribuidores ni el usuario.

Ante este ejemplo, es indispensable continuar con la cultura de dar conocimiento al usuario para que, con base en información, tome la mejor decisión y base su compra con argumentos de rentabilidad y, finalmente, decida la forma de adquirir un equipo, ya sea en una en la que pague por la tecnología o por otra en la cual absorba el precio del crédito.

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