Editorial

El lobo con piel de oveja

La compañía texana Dell, la que abiertamente ha afirmado que el canal no sirve, pues representa mayores costos de operación que innecesariamente se suman a los precios que los consumidores deben pagar por sus bienes informáticos, está en medio de una conflagración de dimensiones aún no cuantificadas.

Dell, debemos recordar, afirma que su modelo de negocios empieza y acaba con el cliente. Cree que el camino más eficiente para el cliente es a través de una relación directa, sin intermediarios que generen costos y confusión. La compañía que creó Michaell Dell y hoy preside el célebre Kevin Rollins se encuentra hoy muy lejos de ese paradigma que le valió convertirse en el lobo de la industria: llegó al bosque a comerse a todas las ovejas (y hasta a sus semejantes, Caperucita y la abuelita incluidas) que, indefensas, sólo atinaron a ver cómo el depredador se llevaba todo a su cubil.

 

Los principios que dieron forma a este modelo hoy no son cumplidos por Dell y su director ejecutivo, quien alguna vez mencionó que buscaría un modelo de ejecución sin errores y sin molestar innecesariamente a los clientes.

 

La recolección de baterías es una molestia mayor para un usuario común, de tal forma que Dell y Rollins fallaron en sus cometidos de hacer las cosas fáciles para sus clientes. Por si fuera poco, tampoco cumplen ya la promesa de precios bajos con equipo de mayor calidad.

 

Muchas compañías pueden encontrar fácilmente que el costo total de propiedad con equipos Dell puede ser superado a todas luces por las mejores ofertas de competidores como HP y Lenovo. Seguro, muchas compañías ya están considerando cambiar de marca, como puede apreciarse en una encuesta de eSemanal en Internet.

 

Dell peca de soberbio al señalar que hace un favor a sus clientes al corregir su error; quiere meter gol presentando este acto como un valor agregado, cuando en realidad es todo lo contrario: los clientes de equipos con este defecto en realidad perderán días de trabajo (y dinero, dado que la mayoría de sus clientes son corporativos) o deberán correr el riesgo de perderlo todo en un ¡boom!

 

Y es que no debemos olvidar: Dell, aunque quiera ponerse traje de oveja, es el depredador de la industria. El canal es hoy por hoy más eficiente que cualquier compañía sola a la hora de llevar tecnología a los usuarios.

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