Editorial

Mensajes de los líderes

En esta edición realizamos un humilde homenaje para el hombre que es el referente obligado del mayoreo en México. José Luis Rodríguez no necesita ser presentado, pues todos los actores del canal reconocen en él a un líder.

Incluso a siete años de su partida de la industria, hoy es reconocida su capacidad y prácticamente todos los actores de la industria le muestran su amistad, los distribuidores incluso, pues su trato humano para todos y su humildad ante el innegable éxito que demostró en dos décadas de carrera en la distribución de tecnología aun hoy son parte de su personalidad.


 


El señor del mayoreo hoy tiene frente a sí nuevos retos; sin embargo, deja en estas páginas de eSemanal un mensaje claro para la industria.


 


Ante todo, en el presente voltea a ver su trayectoria y, con base en ella, ve con claridad los nuevos retos, pues los de hoy distan mucho de parecerse a los que enfrentó José Luis Rodríguez en su momento.


 


Por ello deja sobre la mesa su capacidad de introspección para conocer a fondo las necesidades de su empresa. En cuanto las diagnosticó, realizó arduo trabajo sobre tres bases: disponibilidad, precio y servicio.


 


De esta manera, con la invaluable ayuda de sus colaboradores, pudo desarrollar un ritmo de crecimiento acelerado que lo llevó a dar el salto al mayoreo de grandes ligas, sentar las bases del gigante que hoy es Ingram.


 


Con todo lo que eso significa, nunca perdió la seriedad ni el sentido de la anticipación ante el vertiginoso avance de la tecnología. Siempre fue y sigue siendo un hombre con visión, en el más amplio sentido de la palabra.


 


Tanto que no se quedó con su propio trabajo sino entabló alianzas para consagrar el significado del trabajo en equipo, lo cual le permitió intensificar el ritmo y nunca dejar de percibir la realidad. Esa capacidad de no perder el piso, lo llevó a tomar su salida del mayoreo con la visión de lo que veía venir: hay nuevos retos para la industria entera.


 


En el mismo sentido, el trabajo realizado por la Anadic en su sexto congreso es clara muestra del trabajo de una organización con verdadero liderazgo. El trabajo de Francisco Wilson al frente de los distribuidores organizados dio como resultado un congreso exitoso para todos quienes participaron en él: distribuidores, mayoristas y fabricantes, la cadena de valor reunida; pues a unos brindó conocimiento y certificaciones, ofertas diferenciadas y trabajo conjunto en proyectos especiales; a otros dio posicionamiento de marca y cercanía con los clientes; mientras que para otros fue un sitio de reunión donde pudieron dialogar y negociar con sus clientes de todo el país.


 


Es notable la coincidencia de visión de quienes formaron y hoy consolidan claramente a la Anadic con el señor del mayoreo; el lema que los amalgama y los une, “nadie es mejor que todos juntos”, es una reafirmación del trabajo en equipo, los esfuerzos continuados y las metas bien definidas, todo lo cual está inmerso en nuevas problemáticas que la organización del canal enfrenta y supera para dejar huella en la industria. Ambos ejemplos muy bien pueden ser tomados en cuenta por los miembros del canal, ambos son mensajes de los líderes.

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