Columnas

La realidad de la modernización gubernamental

La realidad es que el gobierno puede ser un buen cliente, sólo es cuestión de entenderlo

 

Trabajar en eSemanal fue una buena experiencia que enriqueció mi vida personal y profesional. Aunque han pasado cinco años, aún encuentro útil mucho de lo aprendido en el semanario, cuando intentaba consolidar la transición del periodismo académico al de la vida real.


 


Sin duda, también me abrió un panorama a un mundo que era totalmente desconocido para mí. Yo creía saber de tecnología, pero después de hacer mi primera entrevista –a Eugenio Riveroll, entonces director de QAD– sin entender qué demonios era un ERP, me di cuenta que no sabía absolutamente nada.


 


Salí de eSemanal para iniciar una nueva aventura en Política Digital –una publicación de Nexos–, escribiendo sobre innovación tecnológica en gobierno, donde mi panorama se ha enriquecido aún más, porque me ha permitido ver una perspectiva diferente de la tecnología.


 


¿Qué puede decir un periodista especializado en innovación gubernamental a un medio de canal? Que el gobierno es un mercado que vale la pena mirar. En casi todo el mundo se ha dado un boom del gobierno electrónico y México también le está apostando a la modernización administrativa como una forma de reinventarse y ofrecer mejor servicio a los ciudadanos.


 


Tal vez sea cierto que venderle a gobierno sea muy engorroso, por toda la complejidad que implica participar en licitaciones y demás, pero también es un esfuerzo que vale la pena, porque las administraciones públicas mexicanas están destinando recursos a las tecnologías de información.


 


Según IDC México, la inversión anual de TI que hace el gobierno mexicano en sus tres niveles –federal, estatal y municipal– es de mil 200 millones de dólares, de los cuales entre 35% y 40% provienen de los estados y municipios.


 


A pesar de la normativa, de la burocracia y de tantos otros factores que hacen del gobierno un cliente temible, la realidad es que puede ser un buen cliente, sólo es cuestión de entenderlo.


 


Las motivaciones de una organización pública son muy diferentes de aquellas de la iniciativa privada, porque mientras ésta tiene como principal objetivo reducir costos para maximizar ganancias, el gobierno busca ofrecer servicios más eficientes. Es decir, en el primer caso el impacto se ve en el dinero y en el segundo en la sociedad. Además aporta un beneficio político para el gobernante.


 


Los últimos cinco años he tenido la oportunidad de convivir de cerca con mucha de la gente que está provocando los cambios en el sector gubernamental y en todos los niveles existe la voluntad de crear un impacto a través de la tecnología. Es cierto que todavía es muy incipiente esta transición y que históricamente las burocracias, lejos de favorecer la innovación, la entorpecen, pero es una realidad: el cambio se está dando.


 


Estoy seguro que poco a poco madurará el rol que juegan las TI dentro de las organizaciones de gobierno, que apenas están pasando de ser meras áreas de compra de equipo y soporte técnico a verdaderos departamentos estratégicos, que tienen un impacto en la forma de operar de las áreas sustantivas de las dependencias e instituciones.


 


La transición no es sencilla, porque los líderes informáticos de gobierno se convierten en agentes de cambio, lo cual no suele ser apreciado por la gente que ha trabajado durante tantos años de una forma, sin olvidar los cotos de poder y los puntos de corrupción que suelen existir en todas las administraciones públicas.


 


Tampoco es sencillo justificar fuertes inversiones tecnológicas sin que se vea un impacto obvio para el ciudadano –recuerde: el impacto social se traduce en ganancia política–, así que a pesar de la apremiante necesidad por trabajar en el backoffice gubernamental y reestructurar los procesos para hacerlos más eficientes, los líderes de TI a la vez buscan poner a la luz pública servicios con un impacto social más evidente.


 


Estas barreras están cayendo poco a poco. Las TI en el sector gubernamental están madurando y aquellos proveedores que entiendan la dinámica y las necesidades de este sector se encontrarán con un mercado cada vez más dispuesto a invertir en TI. Si alguna vez ha pensado en atacar el mercado de gobierno, tal vez sea el momento.


 


*El autor fue reportero y jefe de Redaccción en eSemanal y ahora ejerce el periodismo tecnológico en Política Digital, de Grupo Nexos.

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