El tiempo perfecto
Este es un buen momento. Es hora de enfocar y visualizar la arena en que se quiere competir. La era de los servicios administrados está a punto de hacer ebullición, no sólo para las empresas, sino para el usuario final común y corriente.
Contenido exclusivo para dispositivos móviles: celulares, PDA y smart phones, está listo para ser distribuido: los medios están preparados para distribuirlo y el mercado está presto para recibir contenido más allá de los consejos, chistes y chismes que actualmente reciben en su celular.
Si bien hay que reconocer que el detonador de las tecnologÃas emergentes ha sido el entretenimiento, aplicaciones como pagos desde el celular o con el celular no están muy lejos de ser vistas. Basta voltear la vista (y los demás sentidos) al norte o al lejano oriente, donde algunos operadores ya ofrecen servicios como IPTV.
Acá, en la región 4, la repetición en video de los goles de la liga mexicana de fútbol en el celular ya es una realidad.
Es bien sabido que en ocasiones anteriores sólo se ha tratado de amagos, como la tecnologÃa Brew, que nunca terminó de despegar. Al parecer, esta vez los resultados serán los esperados, ya que el mexicano es un mercado más maduro y las exigencias son diferentes a las de, por ejemplo, hace cuatro años.
El canal y nuevos modelos de negocio
En la implantación de esta nueva tecnologÃa; en el establecimiento y configuración de la infraestructura que los proveedores de servicios requieren para atender a su base instalada de usuarios; en la atención a clientes, y en el aprovechamiento de la misma infraestructura que implanten para el abordaje al mercado que planean los proveedores de contenidoÂ… en todo ello es visible el canal.
Es decir, el lugar del canal se identifica y se aprovecha al máximo en la manera de habilitar servicios que completen la oferta tradicional de implantación y en brindar un valor agregado a través de los nuevos medios que serán habilitados.
Algunos fabricantes de infraestructura ya se están preparando y están preparando a su canal de distribución e integración para dar ese paso al aprovisionamiento de las redes convergentes y servicios en lÃnea. La capacitación y nuevas oportunidades de negocio, asà como el conocimiento del cliente y sus necesidades, son los puntos clave para ingresar a este mundo.
Además, quien lo logre primero tendrá la oportunidad y ventaja competitiva de ofrecer una nueva clase de servicio y atención al cliente, que se distinguirá por ser única, tan única como cada uno de ellos.
El marketing se manejará de igual forma: todos los productos y servicios a la medida, únicos y diferentes para cada uno. Las exigencias del mercado cada dÃa serán más y los sistemas permitirán que el cumplimiento de esos requerimientos satisfaga al cliente o usuario de la manera prometida.
Momento histórico
Estamos ante una oportunidad única. Estamos a tiempo para elegir lo que queremos para los próximos años. Para decidir quiénes legislarán nuestro derecho al acceso a las telecomunicaciones y el contenido que será distribuido a través de la red. Muy a tiempo para decidir a cuál información tendrán acceso nuestros hijos, asà como el medio, la manera y el momento en que podrán hacerlo.
Es bien sabido que el canal de distribución ha superado varias crisis, como la de finales de los años 90, al mismo tiempo que surgÃa Prodigy como su aparente Némesis.
El canal se ha reinventado a sà mismo y ha sobrevivido. CompañÃas con la promesa de un mejor precio y una entrega sin intermediarios han recurrido al canal para poder completar su promesa de servicio e implantación.
El canal ha sobrevivido a Internet, la venta directa y a sà mismo: siempre que se pueda brindar un extra a una caja, existirá el canal.
Es un buen momento para que el gobierno electo dé continuidad, mejore o diseñe proyectos que permitan crecer la teledensidad del paÃs. Acercar los más recónditos lugares del paÃs promoviendo la inversión, el desarrollo y la implantación de infraestructura de comunicaciones y telecomunicaciones.
Es buen momento para un compromiso de la nación entera con nosotros mismos. Y no sólo es bueno, reitero, es el tiempo perfecto.