Editorial

Ante todo, educación

En los últimos días se llevaron a cabo un cúmulo de foros donde estuvo implícito el análisis de la industria para los próximos, la educación o muestra sobre los paradigmas tecnológicos que regirán al Web y aplicaciones de TI, así como presentaciones de productos y estrategias comerciales.

Por un lado, esto indica que ha llegado la hora de acabarse los presupuestos, salvar el año y echarle toda la carne al asador a la última tablita de salvación: las ventas navideñas.
Los más previsores están afinando los instrumentos que regirán a su orquesta, el próximo año; es decir, están pendientes de las tendencias de mercado para saber qué dejar y qué atacar. Otros están en fase de saber si se van o se quedan, todo dependerá de las condiciones de mercado; es decir, son como las hojas al viento y hoy pagan por los errores del pasado.
Existe otro grupo de empresarios que los rige la siguiente postura: ante todo, la elegancia; en otras palabras, la casa se cae, no hay para comprar lo indispensable, pero siguen viviendo en el mundo de las apariencias, y no aceptan que han dejado de pertenecer a la clase de los “nice” de la industria.
Llegamos finalmente al escaño que optan por estar plenamente conscientes de la realidad. A ellos se les ve en congresos de capacitación y análisis, no por el hecho de estar presentes y que los vea todo el mundo. Su preocupación es estar plenamente capacitados, con el fin de rendir lo mejor posible en sus negocios.
Esta clase de directivos y empresas trascendieron sus complejos. Están convencidos de que por más buena que sea su tecnología, lo primero es el conocimiento que se brinda, así como el trato a sus allegados. Ellos, generalmente, no quieren salir en portadas de revistas especializadas; su foco se llama trabajo.
Son luchadores y están convencidos de que la inteligencia se multiplica cuando hay intercambio de ideas y debate para encontrar soluciones, nuevos planes y estrategias constructivas. Por ello, uno de los males de nuestra industria se llama, y no he descubierto el hilo negro, se llama falta de educación y capacitación.
Por ejemplo, ¿quién se entero que la semana pasada, la UNAM organizo un congreso, Internet 2003, donde se debatieron ideas, paradigmas, males y avances en temas como Internet 2, IPv6, spams, regulación, comunicaciones inalámbricas? Señores, no todo es asistir a presentaciones comerciales, es importante nadie lo duda. Sin embargo, si se quiere ver el mundo con ojos comerciales, hay que entender que los improvisados son malos hombres de negocio, lo que vende se llama conocimiento y dominio de lo que hablamos. En suma, es indispensable dejar de ser robots que hablan como empresa y no como seres pensantes. Esto lo sabemos en eSemanal, ¿acaso usted no?

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