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Busca Comstor sumar socios a iniciativas con causa

•OFRECIERON LA EXPERIENCIA DE UNA “CENA A CIEGAS”.

El mayorista, junto a su canal Roue Consultores, realizó una donación a la ONG “Ojos que sienten”, con el objetivo de contribuir a una causa a la par de contagiar a otros socios para sumarse y desarrollar negocios.

La empresa tomó la inspiración a la vez de su socio Cisco, quien realiza continuas actividades benéficas en donde participan de manera voluntaria los empleados y viven experiencias juntos; a finales del año pasado acudieron a una casa hogar a obsequiar presentes a los niños y convivir con ellos.

“El relacionamiento con Cisco y seguir el mismo perfil que ha manejado nos dejó muy marcados, las actividades altruistas en las que pudimos trabajar juntos el año pasado te dejan un sabor bastante agradable de poder dar un poco de lo que tú haces a la comunidad”, dijo Uri Sánchez, vendor management director de Comstor México.

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Sánchez agregó que, al igual que lo hacen en el esquema de negocio, también quisieron participar en las actividades con causa que, a su parecer, enriquecen desde el ámbito personal, laboral y a la compañía. 

“Creo que algo que se debe fomentar cada vez más es la participación laboral y darle bastante a todas aquellas comunidades sensibles y vulnerables que tienen mucho valor con oportunidad de crecimiento y presencia activa, hay que ser incluyentes”, enfatizó el directivo.

Además, Xiomara Montes de Oca, marketing manager para México, dijo que pretendían repensar las experiencias del usuario final de una manera más introspectiva con el fin de lograr conectar de una forma con mayor profundidad.

“Somos un negocio, pero al final de cuentas queremos serlo con causa; por ello hay una parte vinculada con un canal y sus clientes, para ir tratando el tema de una asociación, con toda la cadena de valor conectados en el mismo punto con un fin”, explicó Montes de Oca.

El objetivo del mayorista consiste en integrar a sus más de 300 partners a iniciativas y estrategias comerciales; en esta ocasión fueron de la mano con Roue Consultores, empresa especializada en soluciones y consultoría de Tecnologías de Información para la industria en México.

Para Uri Sánchez, la estrategia consiste en “inculcar la semilla” a fin de tener participación con los canales y ser cada vez más innovadores, buscar la forma de exponenciar el impacto y que las actividades sean de manera masiva.

Por su parte, el director general de la ONG “Ojos que sienten”, José Manuel Pacheco, dijo que resulta de mucha importancia fomentar acciones que ayuden a la población; además, buscan romper paradigmas y cambiar la percepción de la discapacidad, potenciar el desarrollo de capacidades humanas y generar oportunidades de crecimiento en todos los ámbitos.

 

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 4 de cada 10 habitantes mayores de 15 años con algún tipo de discapacidad pertenecen a la población económicamente activa, aunque experimentan tasas de desempleo dos veces mayor al promedio. 

 

La experiencia

Para comenzar la cena se pidió a los asistentes apagar sus celulares, formar hileras de cinco personas e ingresar al comedor sujetos de sus compañeros a fin de evitar perderse o caer. Una vez adentro, la oscuridad fue absoluta, ni un mínimo destello de luz era perceptible.

Por cada mesa había una persona designada para guiar a los participantes a fin de ayudarlos a sentarse, servirles la cena y proponer dinámicas.

La cena a ciegas duró cerca de una hora, en la que las personas conocieron a sus acompañantes de mesa sólo a través de su voz, trataban de concentrarse en escucharlos ya que el ruido de otras mesas era un fuerte distractor.

Pudieron enfrentarse a la vulnerabilidad de no ver nada y al esfuerzo de realizar una actividad simple, como alimentarse, sin saber qué alimentos eran, donde se encontraban los cubiertos o la servilleta, al final muchos optaron por comer con las manos.

Tales minutos en la oscuridad fueron suficientes para que los asistentes pudieran reflexionar sobre su condición, apreciar su vista y el resto de sus sentidos y ser realmente empáticos con las personas que tienen una discapacidad.

La luz regresó de forma gradual al comedor con sólo un par de velas, José Manuel Pacheco tomó la palabra y pidió a los asistentes que compartieran su vivencia; la consciencia y la introspección al encontrarse vulnerables fueron las principales observaciones.

Después, los participantes pudieron conocer a quienes los guiaron en su noche, personas con discapacidad visual; el impacto generó unos segundos de silencio y luego, con fuertes aplausos para reconocerlos, se dio por terminada la experiencia.

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