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Nos acecha un ‘tsunami tecnológico’

Columna-Habeas-Data-Mexico,-Fausto-EscobarPor Fausto Escobar, director general de Habeas Data México y HD Latinoamérica:

La conjunción de la tecnología de comunicación de Internet y las energías renovables, a mediados de la centuria pasada, marcaron el punto de partida de la Tercera Revolución Industrial, aunque con los avances registrados en lo que llevamos de este siglo hay quienes igualmente la han definido como “Revolución Científico-Técnica” o “Revolución de la Inteligencia”.

Esta metamorfosis comenzó hace unos 30 años con la microelectrónica, el auge de Internet, mayor énfasis en la investigación y el desarrollo (I+D), el uso de energías 100% renovables, el big data, la tecnología smart grid o red para la distribución inteligente de energía eléctrica, el transporte basado en vehículos eléctricos y la biotecnología, sumado al desarrollo de las industrias informática y de telecomunicaciones.

Oscuro panorama

Hay quienes aseguran que la Cuarta Revolución Industrial ya está en marcha, mientras que otros sostienen que aún es demasiado pronto para decir que ya comenzó, aunque ambas posturas coinciden en que el panorama estará caracterizado por el irrefrenable uso de tecnologías como el big data, la nube, el Internet de las cosas (IoT) y el Internet de todo (IoE).

Hans Vestberg, jefe de presidencia de Ericsson, consideran que el IoT alcanzará su plenitud hacia el año 2020, y sólo hasta entonces, “cuando al menos 50 mil millones de aparatos estén conectados entre sí, habremos llegado a una Cuarta Revolución Industrial”, la que también estará definida por un cambio a nivel de logística y de la cadena de suministros debido a la robotización de los almacenes y a la entrega de productos mediante el uso de drones, y qué decir de la digitalización y la impresión en 3D, tecnologías que impactarán específicamente en los procesos productivos y los mercados laborales.

En cuanto a esta última cuestión en específico, se estima que al menos cinco millones de empleos se perderán en tan solo cuatro años dentro de las más importantes economías del mundo, según se anticipó dentro del primer día de actividades del Foro Económico Mundial celebrado del 20 al 23 de enero en Davos, Suiza, cuya agenda fue completada con temas sobre la seguridad en Internet, las nuevas tecnologías adaptadas a la salud, el medio ambiente y las energías alternativas.

El impacto en el mercado laboral y el descontrol para la habilitación del capital humano que será desplazado por la tecnología, el aumento de la desigualdad, la baja o nula planificación de los cambios sociales y todo lo relativo a la seguridad fueron algunos de los tópicos que se debatieron durante la edición 2016 de este encuentro, el que oportunamente se tituló «Gestionar la Cuarta Revolución Industrial”, misma que fue definida por algunos de los participantes como “una especie de tsunami de avances tecnológicos” que transformará todos los sectores industriales a razón de un mundo cada vez más digitalizado.

La cuarta… ¿y luego reversa?

Hacer un recuento de lo que han significado las tres primeras Revoluciones Industriales es también un pretexto para resaltar un punto de coincidencia: en cada una de ellas cambiaron las fuentes de energía básicas, el tipo de actividades industriales más dinámicas, su localización en el territorio y los medios de comunicación disponibles para desplazar mercancías, personas e información, pero todo indica que la llegada de la cuarta Revolución Industrial ubicará al ser humano como el punto de inflexión dentro de una puesta en escena basada en su esencia moral y ética.

¿A qué nos referimos con ello? En una especie de “probadita” de la 46ª edición del Foro Económico Mundial, los propios organizadores señalaron que la interconexión creciente de la economía global traerá consecuencias incontrolables, pues ni los gobiernos ni la sociedad civil serán capaces de resolver los grandes desarreglos económicos de este “auténtico maremoto”, tal y como lo calificó Klaus Schweb, presidente y fundador del evento.

Lo cierto es que el mundo en general espera que encuentros como éste sean una plataforma para el intercambio de experiencias y el desarrollo de propuestas oportunas ante problemáticas específicas, pero todo indica que el Foro Económico no es más que un simple balance o listado de errores cíclicos donde la palabrería y la socialité se toman unas “merecidas” vacaciones en la nieve, ¿o acaso no se ha hablado ya hasta el cansancio de la desigualdad y las brechas digitales, del armamentismo, de la guerra fallida contra el narcotráfico, de la seguridad alimentaria, del medio ambiente, del empleo y la realidad del capital humano, del comercio internacional, de la paridad de género y la inclusión social, del futuro del sistema financiero y de la salud globales?

Es evidente que, para darle un toque más “in”, en esta última edición del FEM dichas problemáticas fueron orientadas hacia el tema tecnológico, incluyendo sus impactos en lo económico, político y social, pero sobre todo para presagiar lo que nos espera con respecto a la llegada de la cuarta Revolución Industrial.

Como ya se dijo, los avances tecnológicos y su impacto han determinado el comienzo y el fin de cada una de las Revoluciones Industriales que conocemos, y ya sea con o sin consenso, las tres han sido asociadas al término “progreso”, mientras que la que ya se asoma en el horizonte viene aderezada con varios ingredientes, como el miedo, la preocupación, la incertidumbre y, por qué no, la indiferencia.

 

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