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Desarrolladores de calidad

La certificación en las empresas desarrolladoras de software no es la garantía de entregar una herramienta exitosa; sin embargo, ayuda a mejorar los procesos de elaboración, lo cual es apreciado por los clientes.

No es nuevo que muchas empresas que entran a la lucha por ganar más clientes, vean la certificación de su empresa como un factor clave para lograr su éxito. En el mercado ya hay muchas, las más conocidas son las ISO, pero en la industria del software, se encuentran CMMI y Moprosoft.

 

ISO 9000 se refiere a la gestión y aseguramiento de la calidad e ISO 14000, es de la gestión ambiental; además, hay una más que es la general de TI, la llamada ITIL, que es una serie de mejores prácticas y no es tanto para desarrollo de software sino para fabricantes de Tecnologías de Información y usuarios de las mismas.

 

Cada una tiene sus fortalezas y limitaciones para participar o no en proyectos internacionales, eSemanal se dio a la tarea de investigar de qué se tratan.

 

El enfoque en software

SEI (Software Engineering Institute, por sus siglas en inglés) comenzó la investigación para desarrollar un marco de mejora y evaluación de la previsibilidad y calidad de las empresas y el resultado se denominó Capability Maturity Model for Software, por sus siglas en inglés: SW-CMM, cuya versión 1.0 se publicó en agosto de 1991; la revisión 1.1 salió en 1993 y la 1.2 en 1997.

 

Hoy es un modelo obsoleto que SEI ya no mantiene desde que en 2000 fue relevado e integrado en el nuevo CMMI: Capability Maturity Model Integration.

 

Éste es para la mejora o evaluación de los procesos de desarrollo y mantenimiento de sistemas y productos de software.

 

Está basado sobre los criterios de que la calidad de un producto o sistema es consecuencia directa de los procesos empleados en su desarrollo, y las organizaciones que desarrollan software presentan un atributo denominado madurez, cuya medida es proporcional a los niveles de capacidad e institucionalización de los procesos que emplean en su trabajo.

 

Es así que CMMI se conforma de cinco niveles de madurez para las organizaciones, en función de los procesos que emplean en el desarrollo y mantenimiento de software y los grados de capacidad e institucionalización de cada uno; y puede emplearse con dos finalidades: como criterio para la evaluación de la madurez de la organización y como guía para la mejora de sus procesos.

 

Ésta se divide en dos, escalonada y continua; ya que en el equipo de desarrollo de CMMI había defensores de ambos tipos de representaciones. El resultado fue la publicación de las dos, pues son equivalentes y cada organización puede decidir por la que mejor se adapte a sus características y prioridades de mejora.

 

Vistas desde la representación continua del modelo, se agrupan en cuatro categorías según su finalidad: gestión de proyectos, ingeniería, gestión de procesos y soporte a las otras categorías.

 

Por otro lado, vista desde la representación escalonada, se clasifica en los cinco niveles de madurez.

 

Cabe destacar que el SEI es un instituto federal americano de investigación y desarrollo, fundado por el Congreso estadounidense en 1984. Entre otras funciones, realiza modelos de evaluación y mejora en el desarrollo de software, que dieran respuesta a los problemas que generaba al ejército americano la programación e integración de los subsistemas de software en la construcción de complejos sistemas militares. Está financiado por la Universidad de Carnegie Melon.

 

A decir de Federico Ferreres, gerente de servicios y analista de Select, “CMMI es la que más se utiliza a nivel mundial, aunque es compleja y está orientada a tener control de los procesos de las empresas, sobre todo muy grandes, que se dedican a hacer software”.

 

Por otro lado, el Modelo de Procesos para la Industria de Software (Moprosoft), se enfoca a las pyme de México, tiene un foco similar a la anterior que es internacional pero es más fácil de implementar; no tiene más de un año de aprobada. En este caso, la Secretaría de Economía (SE), a través de Prosoft encargó la norma a Hanna Oktava, de la AMCIS (Asociación de la Industria de la Calidad en Software) ésta tiene que ver con la calidad en las empresas desarrolladoras de software, ya que este sexenio que está a punto de finalizar, se determinó alcanzar niveles internacionales en capacidad de procesos, del Programa Nacional para la Industria de Software administrado por la Secretaría de Economía.

 

La adopción de Moprosoft habilita la obtención de un certificado ISO 9000 y reduce la brecha para la obtención de una evaluación CMM-I niveles 2. Debido a su estructura y diseño, resulta de fácil comprensión y aplicación; ésta es la base del Anteproyecto de Norma Mexicana ANTEPROY-NMX-I-XXX/02-NYCE-2005.

 

Christian Zuilli, de Zuili Consultores, consideró: “la norma Moprosoft es un fin para vender más, pues ayuda a ser más competitivo y a tener un proceso de mejora continua, aunque el ganar mercado tiene que ver con conciencia comercial que también se desarrolla durante el proceso”.

Certificadores para certificar

Ance (Asociación de Normatividad y Certificación), es una asociación conformada por distintas empresas que certifican productos y servicios es decir ISO 9000 e ISO 14000.

 

Pedro González, gerente de sistemas, explicó que “es muy importante contar con estos certificados, pero un bajo porcentaje de empresas los tienen; lo relevante de estos sistemas es que son creados para resolver algunas necesidades en la parte de calidad”.

 

Además, indicó que son necesarias para participar en la era de la globalización, pues con ellas se demuestra la confiabilidad que el cliente o usuario siempre busca.

 

Estas certificaciones ayudan a competir con cualquier empresa independientemente de su tamaño. Para fomentarlas, el gobierno ya está poniendo esta serie de requisitos, sobre todo motivando a las empresas que garanticen y den la confianza y den un producto acorde con las certificaciones.

 

Para la norma mexicana Moprosoft, NYCE es el indicado para auditar y certificar.

 

El proceso

Hay dos etapas, una de ellas es la implementación del sistema: qué se necesita hacer para implementar la norma, las certificadoras como Ance y NYCE, no pueden ayudar al empresario a implementarlo, porque cuando tienen que certificar se convertirían en juez y parte.

 

Sin embargo, hay instituciones o consultoras que ayudan a la empresa a implementar los mecanismos necesarios, las certificadoras sí hacen el vínculo para que se aterrice el proyecto; en la segunda parte se pide la certificación, la cual es un proceso de evaluación.

 

Estas instituciones, por ejemplo, entregan un certificado para México y otro internacional, con ellas no es necesario buscar una en cada país en que se quiere vender.

 

A este respecto González destacó “tratamos de apoyar a la pyme mexicana para que sobresalga a nivel internacional”.

 

En el caso de la certificación de calidad, puede ser implementada en cualquier tipo de producción: aceros, servicios, farmacéutica, tiendas, despachos, no tiene exclusividad de tipo de empresas, ni de tamaños.

 

El tiempo de la implantación del sistema varía dependiendo del producto o servicio por la capacitación al establecer procedimientos y políticas; mientras que la certificación tarda en promedio entre dos y cuatro meses.

 

Del mismo modo, por ejemplo en Ance, tienen costos de certificación de acuerdo con el tamaño de empresa y tipo de producto.

 

Una empresa de 15 personas puede costar desde entre 15,000 y 20,000 pesos hasta 200,000 a 300,000 pesos, aparte de la consultoría, ya que ésta es externa.

 

El ejecutivo de Ance comentó que “en México hay alrededor de 30 organismos que hacen actividades de certificación”. En la página de la entidad mexicana que los acredita, se pueden conocer: www.ema.org.mx.

 

La conciencia empresarial

“Las empresas mexicanas sí tienen consciencia de que deben contar con procesos de calidad o de ambiente, tienen mucha intención de hacerlo, pero la cultura del país muchas veces no lo permite”, dijo González.

 

A decir del entrevistado, hace falta mayor difusión y apoyo tanto de gobierno como de organismos, para que avance más rápido el país en esa materia.

 

En México hay 3,900 empresas certificadas en ISO 9000 de las cuales, alrededor de 2,000 son pymes, que del padrón nacional son 1% de las empresas totales de México.

 

Certificación, ¿la clave del éxito?

La ventaja de la obtención de certificados que garanticen ciertos estándares de calidad o de preservación del medio ambiente ocasiona a las empresas una serie de ventajas competitivas.

 

Entre las más importantes se encuentran la reducción de costos, mayor rentabilidad, mejoras en la productividad, motivación y compromiso por parte del personal en una cultura de calidad, mejor posicionamiento en el mercado, es decir, constituye una importante herramienta de marketing.

 

Un aspecto fundamental de estar certificado, es que dado que ya se pasó por el proceso de calidad, se reducen los costos, pues se eliminan las posibilidades de efectuar un reproceso para la elaboración de los productos o servicios que no se apegan a los estándares solicitados.

 

Sin embargo, a decir de Ferreres de Select, la certificación no implica que la empresa vaya a ser un desarrollador exitoso, innovador, tampoco que vaya a tener mercado. “Aunque sí permite que los que contratan, tengan garantía de la calidad de los procesos de desarrollo de software, entonces tienen más previsibilidad, en cuanto a la capacidad de la empresa para responder a los requerimientos del cliente”.

 

Oscar Flores, director general de Magnabyte, una de las cuatro empresas escogidas por la Secretaría de Economía, para apoyarlas en el proyecto piloto de Moprosoft, explicó: “hemos mejorado los procesos a partir de la certificación Moprosoft nivel 2, eso nos ha dado ventajas, nos ha hecho ser más proactivos y rápidos”.

 

Y de igual forma les ha permitido generar mediciones en cada uno de los procesos.

 

Cabe destacar que la firma de desarrollo de software y servicios de consultoría desde que inició operaciones en 2004, se sometió la implantación del sistema y cambio de procesos, durante este tiempo se redefinieron y alinearon de acuerdo con la norma que dicta Moprosoft.

 

Flores indicó que continuarán con este modelo, inmerso en todos los procesos.

 

NYCE verificó cada proceso durante una semana para otorgar el certificado, en el que se confirma que sus procesos están listos para la competitividad y globalización.

 

Esta norma mide el nivel de madurez de nueve procesos que corresponden a las capas de Alta dirección, Gestión y Operación, es una combinación de estándares internacionales como ISO y CMM.

 

Ferreres concluyó: las empresas certificadas se abren mucho las puertas, les recomendó pensar bien si no quieren continuar siendo chicas de aquí a cinco años, que planeen una estrategia de otro tipo de certificaciones, dependiendo del tipo de desarrollo que tienen.

 

¿Antes de Moprosoft, qué?

En cuanto a los antecedentes de la creación de la norma mexicana Moprosoft, eSemanal platicó con Hanna Oktava, profesora titular de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien durante su gestión como presidenta de AMCIS lideró el proyecto.

 

Además, dio su opinión acerca de las oportunidades de negocio para los desarrolladores que adopten la norma.

 

Los pilares de Moprosoft, provienen de dos vertientes:

-La primera inició en 1997, cuando un grupo de profesionales interesados por mejorar la calidad de la industria del software en México, se reunía en el Círculo de Calidad de Software.

Trataban los temas: CMM, ISO 9000 y otras normas internacionales como la 15504; se compartía el conocimiento en seminarios con gente del SEI (Software Enginering Software).

Después formaron la Asociación Mexicana para la Calidad en Ingeniería de Software (AMCIS), a finales de 1999 que agrupa a empresarios conocedores del tema y académicos.

–La segunda, a decir de la académica, “tuvimos la suerte de que en este sexenio, en el programa de desarrollo nacional, se decidió apoyar a la industria con Prosoft a través de la Secretaría de Economía (SE)”.

 

Una de sus estrategias fue planear cómo elevar los niveles de capacidad en la industria; AMCIS fue un líder natural para esa estrategia.

 

Por otro lado, dado que en ese periodo, Oktava fungió como presidenta de AMCIS se encargó de la coordinación del desarrollo de la norma.

 

A raíz de una investigación se dieron cuenta de que las empresas desarrolladoras y de mantenimiento de software en el mundo, incluyendo India y Estados Unidos son, en su mayoría, pequeñas y medianas.

 

Con base en CMM, CMMI, ISO 9000, la norma 15504 que son dirigidas para empresas de mayor tamaño; porque requieren de muchos recursos para cumplir con todos los requerimientos; se realizaron adecuaciones en forma e idioma, para crear el modelo mexicano, específico para la pyme.

 

Así surgió Moprosoft, que fue aceptada por la SE, para la que se conjuntó academia, asociación de gente profesional, con los recursos de la SE.

 

Ahora está disponible la versión 1.3, en www.software.net.mx, ya que hubo algunas correcciones.

 

Cabe destacar que esta norma también se aplica a los departamentos internos de desarrollo y mantenimiento de software de entidades de gobierno.

 

Por otro lado, se hizo un modelo de evaluación: EvalProsoft, cuyo contenido se basó en la norma 15504, para evaluaciones de capacidades de procesos y desarrollo de software.

 

A decir de la entrevistada, el objetivo de esta norma es que las empresas midan sus propias prácticas y mejoren su herramienta.

 

Por otro lado, NYCE se basó en los documentos de Moprosoft y Evalprosoft, generó formalmente esta norma y creó una instancia dentro de su organización que se registró como verificadora.

 

NYCE pone el precio de la norma que consta de cuatro partes, pero hay que comprarla por separado; el costo es de alrededor de tres mil 500 pesos y cuatro mil pesos. El precio de la verificación es de 60,000 pesos.

 

“Y aunque no asegura que el producto va a estar perfecto, permite a las empresas, medir su capacidad en sus prácticas y elevar niveles que se miden en escala de cero a cinco y en cuanto lleguen al máximo, puedan competir con las internacionales y aspirar a la CMMI”, dijo Oktava.

 

Beneficios de Moprosoft

En 2004 se hicieron pruebas controladas que se terminaron en 2005, con cuatro empresas pequeñas, cuyos resultados se presentaron ante la SE. Cabe destacar que tres de las cuatro empresas ya se certificaron con NYCE.

 

Con la evaluación inicial de estas empresas, confirmaron el resultado de un estudio: el nivel promedio de capacidad de procesos de empresas de Monterrey, DF y Estado de México salió de 0.9 en la escala de cero a cinco.

 

El proyecto fue que por lo menos subieran un nivel y en promedio, el objetivo se alcanzó en ocho meses. Una de las empresas subió claramente a nivel dos, otra se mantuvo en nivel 1 y otra bajó, pues descuidó sus procesos ante Evalprosoft.

 

“Y este modelo permite que la empresa pueda crecer de manera controlada y así aspirar a exportar, porque la pyme no siempre puede dar un servicio adecuado requerido por los clientes internacionales”, destacó la ejecutiva.

 

Además mencionó que con Moprosoft las ayudan a planear, y a desarrollar actividades comerciales, ya que muchas veces no tienen mentalidad de ventas, sólo técnica.

 

Éxito internacional

El trabajo que se hizo en México se dio a conocer en foros internacionales, por ello participó el año pasado con ISO, que formó un nuevo grupo de trabajo para una norma de calidad en desarrollo de software.

 

ISO reconoció que su modelo fue creado por y para grandes empresas, por ello, resulta ser demasiado complejo para las pequeñas.

 

Al buscar los esfuerzos hechos a nivel mundial, se toparon con Moprosoft e invitaron a los representantes de la delegación a presentar su proyecto, por el cual votaron unánimemente para tomarlo como base, NYCE la está traduciendo al inglés.

 

En este grupo de trabajo hay representantes de Corea, Irlanda, India, Estados Unidos, Canadá y México entre otros países.

 

Por el lado académico, el año pasado armaron un proyecto llamado Competisoft, el cual surgió del interés de 13 países iberoamericanos, a partir de lo que se ha hecho en México, para enriquecerlo con la experiencia de los académicos y empresarios.

 

La idea es hacer una versión mejorada de Moprosoft, porque “la gente pide cosas muy aterrizadas, con machotes para llenar, guías prácticas o técnicas para pruebas”.

 

Para finalizar, la universitaria dijo: “Vean esta norma no como un mal necesario sino como un instrumento para mejorar su organización e incorporar las prácticas indispensables para que sus organizaciones o empresas cumplan y satisfagan a sus clientes”.

 

Una vez hecho eso, pueden crecer, continuar consiguiendo nuevos clientes o mantener a los que tienen; con la norma pueden tener mayor éxito económico, exportar, buscar nuevos nichos de negocio, alianzas, etcétera.

 

ISO es la denominación con que se conoce a la Internacional Organización for Standarization (IOS); sin embargo, considerando la tendencia a la estandarización global (homogeneización) que propone dicha organización, es que se le asigna la sigla ISO, vocablo que proviene del griego "iso" que en castellano significa “igual”.

 

Empresas certificadas

 

Certif. SEI

Nivel madurez

Tamaño Negocio

Softtek (varias)

CMM

5

Grande

EDS

CMM

5

Grande

Qualita-eSiglo

CMM

3

Medio

Hildebrando (Blitz)

Sin certificación

1

Grande

SyC

Sin certificación

1

Pequeño

Neoris (Mx, Arg)

CMM

3

Grande

Hildebrando (ex empl. Ddmesis/GE -> Ex Active Intelligence -> Hildebrando)

CMM

3

Pequeño

IBM

CMMi

5

Grande

Bursatec (sist. de bolsa)

Sin certificación

1

Grande

Nasoft

X-Shore

N/A

Grande

Sigma Tao

CMM

5

Grande (Carso)

Getronics

Sin certificación

1

Medio

ITS

Sin certificación

1

Medio

Infotec (foco gobierno)

Sin certificación

1

Medio

 

 

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