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Más emoción, más inteligencia

 Experiencia, pericia, empatía, colaboración, iniciativa y optimismo: cualidades personales que no se encuentran en el mercado, pues son innatas

Desde México hasta el último lugar del planeta, las empresas tienen una irrenunciable necesidad: ser más competitivas. Tal condición está ligada al liderazgo que deben asumir aquellos que manejan las riendas del negocio; pero ejercer ese compromiso de liderazgo es también una obligación para todos lo que forman parte de la organización.
En el juego de los negocios, hay dos aspectos que una empresa jamás debe olvidar, pues forman parte del desarrollo natural hacia el éxito:
-Los equipos de trabajo.
-La adaptación al cambio.
Dichos puntos tienen como sustento el trabajo realizado por los líderes de la compañía; pero va a depender de una eficiente comunicación por parte de éstos para que se llegue a buen puerto.
Sin embargo, además de eficacia, hay características como experiencia, pericia, empatía, colaboración, iniciativa y optimismo, que son cualidades personales que no se encuentran en el mercado, pues son innatas.
Todas estas características dan como resultado una manera distinta de “ser inteligente o listo”; es la llamada inteligencia emocional, que llega a resultar más importante en el trabajo que el coeficiente intelectual y la experiencia profesional.
Los líderes que reúnen estas características motivan inspiración y lealtad, pues generalmente las decisiones que toman están cargadas de seguridad y valores; además, son confiables, saben identificar a las personas y sus necesidades de manera acertada; per se, son comunicadores persuasivos y eficientes.
Ellos pueden llevar a un equipo al éxito y, dentro del mercado competitivo actual, saben responder durante las crisis.
Hoy en día, es importante no dejar de lado la inteligencia emocional, debido a que es uno de los criterios de selección de muchas compañías en el plano mundial.
De hecho, la tendencia en el orbe es poner énfasis en el desarrollo de las organizaciones sobre las bases de este concepto con un objetivo: ponderar el trabajo en equipo y dejar de lado el individualismo. Así, un elemento tan sensible como la remuneración económica podría basarse en el desempeño de todo el equipo en su aspecto corporativo. Esta visión significaría que tanto sueldos como incentivos y promociones no serían el reflejo inmediato del desempeño individual, sino de una red de trabajo real.
El mundo actual de los negocios no deja espacio para las dudas: hay que apostar y jugar por las nuevas tendencias; y la inteligencia emocional es, sin duda, tan o más importante que el intelecto y la experiencia.
¿O en su empresa no pueden vivir sin conflictos?
El rincón de la lectura…
La Inteligencia Emocional en la Empresa (1998), del autor Daniel Goleman, es un libro que presenta un concepto que abarca la conciencia y control que ejercen los individuos sobre sí mismos, además de la motivación, empatía y aptitudes de socialización.
Según el autor, estas características son engranes esenciales de la competencia emocional, los cuales facilitan y determinan en buena medida el desempeño en el trabajo, en ámbitos como iniciativa, liderazgo y trabajo en equipo, entre otros.

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