Editorial

Valor civil contra el crimen

En una visita al sitio robado.com, magnífica iniciativa de la Asociación de Distribuidores de Tecnología Informática y Comunicaciones (Anadic), se percibe, con sentimientos y pensamientos encontrados, un entorno de desánimo.

Me explico: en el mencionado sitio, que es el lugar ideal para que los distribuidores mexicanos reporten los actos criminales de que hayan sido víctimas en sus embarques o en sus bodegas, de donde hayan sido sustraídas mercancías de tecnología, sólo tiene unos cuantos ítems y todos corresponden a una sola denuncia formalmente levantada ante las autoridades competentes.
La razón de ser del sitio es que los compradores pudieran consultar la información acerca de embarques reportados como robados para no incurrir en responsabilidades ulteriores, pero también para no comprar riesgos.
Pero con tal falta de información es poco menos que imposible detener la oleada de robos de que han sido víctimas empresas del canal y los mismos fabricantes.
A este ambiente de poca certeza de justicia contribuyen notablemente varios aspectos, entre ellos que las mercancías sustraídas muchas veces tienen un seguro que ampara de alguna forma a las víctimas.
Éstas, al obtener algo de lo perdido, dejan de impulsar las indagatorias pertinentes para detener a los criminales, los que parecen estar muy bien organizados y conocer a fondo el mercado al que hacen víctima.
En este sentido es indudable la falta de valor para denunciar, no es un asunto individual y no puede serlo por un hecho simple: las mercancías robadas a las víctimas son la fuente de provisión de mercados negros o grises, los que muy rápidamente pueden convertirse en rojos si además de los latrocinios ocurren desgracias personales por intentar defender el patrimonio.
Este es un asunto de vital importancia, y las empresas de la industria, el canal incluso, deben cerrar filas para evitar más latrocinios. Una acción posible, quizá la más difícil de ejecutar pero la que sería más efectiva, es dejar de comprar mercancías de tecnología fuera de los canales oficiales por el simple afán de ganar un poco más comprando más barato.
Recuérdese que comprar de buena fe ya no es forma de evadir responsabilidades con mercancía robada.
Otra acción pertinente y para la cual extiendo un exhorto a todos los afectados sería tener el valor civil para denunciar cualquier acto sospechoso de ser parte de los crímenes cometidos contra la industria.
Entre esas acciones los fabricantes podrían, por ejemplo, dejar de atender las solicitudes de servicio de mercancía reportada como robada.
Los directamente afectados podrían compartir información para identificar patrones que llevaran a la captura de las bandas; por ejemplo comparar si las mercancías robadas provienen de un solo fabricante o de una sola empresa de logística y transporte, con lo cual podría llegarse más fácilmente a la identificación de operadores y cabecillas.
El valor civil de quienes formamos parte de esta industria será la clave para no padecer los actos abusivos del crimen que parece estar muy bien organizado.

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