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Del error al acierto

Los mexicanos hemos cometido el mismo error más de dos veces, uno de los ejemplos claros puede ser la política económica que, en poco tiempo, ha experimentado altibajos, para ser precisos: más bajos que altos.

¿Será acaso que no aprendemos de los errores? Si bien es cierto que una equivocación debe ser vista como la oportunidad para comenzar de nuevo (sólo que con más experiencia), también es real que nadie experimenta en cabeza ajena. Lo anterior nos llevaría a pensar que es necesario sufrir caídas propias para lograr los objetivos.
En lo que respecta a los errores de la industria de TI, los jugadores han experimentado numerosas fallas que se traducen en mejores prácticas de negocio, incluso si están documentados, sirven de apoyo a empresas que quieren andar por el mismo camino: tenemos varios ejemplos al respecto.
Por ello algunas empresas dedicadas a ofrecer consultoría lo hacen con base en la experiencia obtenida de los errores propios o de la observación de los errores de otros jugadores.
En el caso de TI se ha visto el desplome de las llamadas empresas puntocom, fenómeno que dejó sin duda un profundo conocimiento de las erróneas estrategias de estas iniciativas.
Lo mejor sería que los errores no se presentaran, pero no puede aseverarse esto en el canal de distribución, ya que el camino de la mayoría de los distribuidores es empírico, sin embargo, sí se ha logrado que reduzcan las fallas en buena medida.
Lo anterior porque se ha enfocado a mejorar las prácticas de su negocio; en otras palabras, observar sus propios errores y ver información de analistas que pueden orientarle en sus nuevas iniciativas.
Otro aspecto a analizar para evitar los fracasos son las cuestiones ajenas a la industria, por citar tan sólo un ejemplo: las recientes pugnas internas del partido más añejo en México repercuten en la estabilidad económica del país. Esto impacta en la industria de TI, por fortuna dicho efecto no fue más allá del incremento de unos puntos en el precio del dólar.
Si el fenómeno hubiese trascendido, muchos mayoristas y distribuidores hubieran visto afectada su economía por las inversiones realizadas para atender la demanda de la época navideña.
En suma, en la medida que se tengan conocimiento del mercado a incursionar, incluyendo las debilidades y fortalezas de los productos o servicios a proporcionar, se podrá disminuir el fracaso en las iniciativas de los distribuidores.

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