Columnas

Mira quién habla en tu empresa

Por Alejandro Santiago, director de Desarrollo de Nuevos Negocios en CONTPAQi:

El Internet ha modificado prácticamente todas las conductas sociales, estilos de vida, y por supuesto, el modo en que nacen, crecen, se reproducen y hasta cómo mueren los negocios.

Alejandro Santiago

El mundo ha cambiado y continúa haciéndolo con una velocidad que no se reducirá pronto; claramente, el pie está en el acelerador y nadie lo puede quitar. Pero esta transformación no es nueva; por el contrario, se ha venido dando en los últimos años.

Para explicar esto vale la pena ir un poco hacia el pasado, específicamente a la década de los noventa. En ese entonces, la reciente película “Mira quién habla” planteaba el dotar de voz a un bebé recién nacido para expresarse en lenguaje humano, sin que los padres y otros adultos lo notaran. Fue tanto el éxito de esta cinta que, pocos años después, llegaron dos secuelas con la misma temática.

Cabe decir que, desde muy joven, fui cautivado por lo que entonces se conocía como “la informática” por lo que unos pocos años después, al volver a ver estas películas me vino a la cabeza la idea de que, eventualmente, harían una nueva en la que ahora los objetos hablaran, pero nunca sucedió… o bueno, no por lo menos en el cine, pero sí en la realidad.

Tiempo después, alrededor de 2010, cuando me invitaron a dar una conferencia sobre el Internet de las cosas (IoT) para una universidad recordé lo que más de una década atrás había pensado y fue así que desarrollé el título de mi ponencia: “Mira quien está aprendiendo a hablar”, que tomaba la trama de las películas para explicar a los estudiantes que los aparatos comenzaban a intercambiar información.

Luego, alrededor de 2014 comencé a pensar,  ¡Ahora las empresas hablarán entre sí! Esta idea, evidentemente, no era nueva, pero la pude reflexionar con claridad debido a que, en ese entonces,  toda mi carrera profesional la había dedicado a la digitalización de los negocios, además de  sus procesos administrativos y contables.

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Hoy en día, la aceleración de la adopción de herramientas digitales para gestionar empresas vive un momento sin precedentes en todo el planeta y México no es la excepción. Para muestra está el caso de la llegada obligatoria de la facturación electrónica, desde hace más de diez años, que nos ha convertido en una potencia en la fiscalización digital.

A propósito de ello, hoy no hay transacción legal que se pueda realizar sin emitir un Comprobante Fiscal Digital por Internet (CFDI), que además de estar estandarizados a nivel nacional, están resguardados en diversos almacenes digitales. Imagina toda la información y el potencial de análisis que en ellos reside.

Para dar contexto a la idea principal de este texto hay que entender lo que es el Internet de las Cosas (IoT). Imaginemos entonces un escenario entre un reloj inteligente, un teléfono celular, una cafetera y un automóvil. Bueno, pues a través del IoT tu reloj puede recopilar la información de cuántas horas dormiste, tu nivel de oxigenación y frecuencia cardiaca, además de que, al detectar que despertaste, enviarte esta información a tu teléfono inteligente.

Por su parte este dispositivo, que además sabe qué día es, el clima que hace y hasta tu rutina diaria, puede analizar la información recibida y activará la cafetera para preparar una taza de café con la intensidad ideal, al mismo tiempo que alimenta tu expediente médico que tu doctor verá en tu próxima visita al consultorio.  Después, al subirte a tu auto, éste ya sabe qué música programar, gracias a que tu teléfono pudo predecir el estado de ánimo que tienes.

Ahora imaginemos algo similar, pero llevándolo al terreno de los negocios: Hoy día tienes que usar programas de software en los que se captura la información para emitir facturas, registrar cobros a clientes y pagos a proveedores, calcular la nómina, generar la contabilidad para determinar los impuestas a pagar y cumplir con todas esas obligaciones que hacen necesario contar con uno o varios sistemas. Pero, ¿qué tal si éstos pudieran hablar entre sí?

Ahora imagina tu rutina en la que, al comenzar el día, en tu teléfono celular recibas una notificación que te informe la estrategia para optimizar el pago de impuestos; si hay recursos suficientes para pagar la nómina; o bien, si te han otorgado un incremento en el límite de crédito de tu cuenta revolvente, debido al comportamiento de tus ventas de los últimos 12 meses y a una proyección pronosticada para el siguiente semestre; o bien, conozcas un pronóstico de los clientes, que los sistemas predicen, no podrán pagarte este mes. ¡Así es como el Internet de las empresas ha nacido!

Esto explica por qué las compañías y su software, al conectarse, sus sistemas conversan entre sí.  Por ello, a medida de que se digitalice  la cultura organizacional de cada negocio es que se podrá aprovechar la interconexión, a través del Internet de las Empresas; sobre todo porque, los datos en tiempo real, brindan a las empresas  una enorme ventaja sobre sí mismas y sobre su competencia.

¡Tus datos están hablando; escucha lo que tienen para revelarte!

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