Por: Brian Nishizaki, director ventas de Aspel.
La adopción de la contabilidad electrónica ha sido un paso definitivo de un mundo análogo y de papel a uno digital. Los registros contables están dejando de ser cajas y cajas de papeles, copias y recibos con riesgo de pérdidas.
De acuerdo con datos de Hacienda, poco más del 50% de las empresas en México ha dado pasos proactivos para cumplir con esta obligación que deberán comenzar a reportar en 2016. Es importante aclarar, que si bien se comenzará a reportar en esta fecha, los registros deberán ser guardados, procesados y archivados en formato electrónico para cumplir con las auditorías y comprobaciones correspondientes.
Necesidad de especialización
Si bien la autoridad no se ha pronunciado de manera oficial en el tema, la tendencia mundial al adoptar este tipo de contabilidad es realizar las actividades contables de manera automática, con sistemas que de forma autónoma reportarán a las autoridades fiscales las operaciones de la empresa, emitirán los avisos y cargarán los impuestos a las cuentas designadas, todo con solo una necesidad de monitoreo del equipo contable.
Esta nueva práctica no eliminará la necesidad de contadores, sino que generará una oportunidad de actualización y especialización para los profesionales del sector. Haciendo su trabajo más experto, las opciones laborales serán sólo para aquellos que tengan un dominio tecnológico alto y una habilidad de control y análisis alto, para seguir el paso de las opciones digitales que estos cambios plantean.
Nuevas tecnologías, nuevas ventajas
Actualmente, los contribuyentes asalariados están comenzando a experimentar las ventajas de la contabilidad automática. Al presentar su declaración anual, el contribuyente está encontrando un formato pre llenado que permite una declaración rápida, eficaz y confiable.
Con estos avances, las pesadillas de comprobantes perdidos, errores en la declaración y auditorías extenuantes serán cosa del pasado.
