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Celdas pequeñas en América Latina, una gran noticia para las redes móviles de la región

Por Héctor Silva, director de Tecnología, Ciena, CALA:

La industria de las comunicaciones vuelve otra vez a Barcelona para el GSMA Mobile World Congress anual y, sin duda, los últimos teléfonos inteligentes, las aplicaciones y las tabletas estarán en boca de todos, pero yo voy a estar pensando en las montañas de datos móviles que deben ser retornados por la red inalámbrica como consecuencia de estas tecnologías.

La adopción de teléfonos inteligentes ha aumentado a un ritmo vertiginoso en América Latina, con más de 150 millones de conexiones actuales que, según está previsto, se cuadruplicarán en 2020, y con tasas de adopción de teléfonos inteligentes que ya se elevan al 45% en algunos países, de acuerdo con Latin Link. La región es también sede de cuatro megaciudades: Sao Paulo, Río de Janeiro, Ciudad de México y Buenos Aires (áreas metropolitanas con una población total de más de 10 millones), en las cuales la demanda en las redes móviles ha sido particularmente desafiante.

Mientras que el backhaul de la red móvil no genera el entusiasmo de otros temas, debido a que opera tras bambalinas, es fundamental para la experiencia del usuario.  Los latinoamericanos consumen cada vez más cantidad de contenido centrado en video (Netflix recientemente anunció  un hito de 5 millones de usuarios tan solo en la región), se otorgan nuevas licencias para utilizar el espectro y nuevos jugadores entran en el mercado (el más reciente AT&T con su compra en México de los proveedores inalámbricos Nextel y Iusacell), por lo que las expectativas del usuario están creciendo rápidamente. Eso significa que la parte de la red que transporta el contenido entre los sitios celulares y los centros de datos ha adquirido mucha más importancia. En pocas palabras: las redes de retorno (backhaul) tienen vital importancia porque son, en última instancia, las que determinan la calidad de la experiencia del usuario, sirviendo como las vías desde los usuarios móviles finales y su contenido.

Como resultado, los operadores móviles están buscando soluciones que satisfagan las expectativas de los usuarios y también que les ayuden a seguir siendo rentables.  Además de la transición actual a velocidades 4G, los operadores de redes móviles (MNO) están recurriendo cada vez más a las celdas pequeñas para aumentar las velocidades de acceso a la red inalámbrica y mejorar la cobertura en localidades mal servidas por las grandes macrotorres debido a las distancias o a las obstrucciones entre el usuario y la macrotorre, lo que da lugar a una mala cobertura, velocidades de acceso más lentas y una reducción de la calidad de experiencia (QoE) para los usuarios. Los lugares clave para los despliegues de celdas pequeñas incluyen estadios, centros comerciales, edificios de oficinas y otras áreas donde los usuarios están rodeados por los muros de los edificios que interfieren con la transmisión de las señales, llamados lugares “sin señal”, así como las zonas rurales periféricas. En ciudades como São Paulo, Ciudad de México, Río de Janeiro y Buenos Aires, llenas de altos edificios de oficinas, las celdas pequeñas pueden marcar una gran diferencia en la cobertura y el rendimiento, lo que representa un diferenciador competitivo formidable para los operadores.

Un desafío que enfrentan los MNO es si el tráfico de celdas pequeñas retorna a la célula macro o directamente a la central de conmutación de telefonía móvil (MTSO). Siempre que sea económicamente posible, el backhaul por fibra es la tecnología preferida debido a su escalabilidad, seguridad, rentabilidad, ubicuidad, y a que es una tecnología de red muy bien entendida. Sin embargo, en algunos lugares la fibra puede ser difícil o imposible de implementar, es decir, que se pueden utilizar otras soluciones tales como el backhaul de microondas inalámbricas / ondas milimétricas. Aunque los MNO están arrendando cada vez más sus servicios de backhaul de los operadores de telefonía fija, tienen que obtener el tráfico de usuarios de las interfaces aéreas (antena y radio) hacia y desde los centros de datos; de esta manera, a medida que aumenta la velocidad de acceso de los dispositivos móviles, también debe hacerlo la parte de backhaul de la red móvil de extremo a extremo para que no se convierta en un cuello de botella.

En resumen, los usuarios móviles de América Latina están utilizando cada vez más la red para acceder a más aplicaciones, especialmente de contenido centrado en video. Mediante el uso de las celdas pequeñas para proporcionar mayores velocidades de acceso a este contenido a través de su red móvil, los operadores mejoran la calidad de experiencia del usuario final, lo que se traduce en un importante diferenciador competitivo.

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